Los ciudadanos comunes, que ven televisión en la época del Festival, no dimensionan la cantidad de pega que tienen los rostros, sobre todo, los animadores. Somos buenos para criticar eso sí, ya sea diciendo que ganan mucha plata, que están llenos de canjes, de privilegios, que se sacan los "partes" y un sinfín de comentarios nacidos, directamente, desde la "envidia".
Pero los que nos dedicamos, de cierta forma, a la televisión tenemos claro que la cosa no es tan así. Existe un antes, un durante y un después del Festival de Viña en cuanto a trabajo y actividades relacionadas con dicho certamen.
Por ejemplo, tanto el Rafa como la Carola, deben participar de múltiples eventos deportivos en la playa, bailando zumba, los hemos visto jugando tenis playa, Carola visitará a los niños del Sanatorio Marítimo y día a día andan por las calles promocionando y empapando a la gente de esta fiesta viñamarina.
A todo eso, debemos sumarle la cantidad de "cuñas" que ambos animadores dan a todos los canales de televisión, las múltiples "selfies" que se toman con la gente, las explicaciones que tienen que dar a los periodistas sobre las gaviotas entregadas en el escenario, el por qué cortaron a un cantante, etc... ¡Agotador!
La mayoría de las personas no tiene idea de toda la pega anónima que hacen Rafael Araneda y Carolina De Moras.
Los felicito chicos, debe ser estresante, pero a la vez reconfortante recibir el cariño del público en las calles.