Lea y comparta la columna de Vasco Moulian: "¿Qué pasó con 'CQC'?"

El lunes se produjo el milagro. Un canal de televisión se atrevió a poner al aire a las 22:30 horas el emblemático C.Q.C., sin Nicolás Larraín, sin Felipe Bianchi y sin Iván Guerrero.

Sin embargo, los noteros de la primera edición, más Rafael Cavada, realizaron un "programón" cuyo rating fue de 9,2 puntos. Pareciera que este resultado "reguleque" (por no decir malo) tiene que ver con la falta de empatía que tiene nuestra audiencia con el humor transgresor y con límites éticos, como fue el caso del entrevistado Checho Hirane.

Sí, puede ser gracioso el periodista en práctica, pero en el 2000, no en 2018. Cuando pienso en el grupo Turner y en Chilevisión y leo entrevistas de sus ejecutivos, me mareo y me pierdo. Por un lado, quieren un canal buena onda, familiar y sin agredir a los protagonistas de los conflictos de turno, y por el otro lado, quieren ser un canal donde permiten que la producción de un programa engañe a un entrevistado, diciéndole que la nota era para "La Noche es Nuestra".

Además, Felipe Cárdenas, periodista al que admiro mucho por sus conocimientos de redes sociales, se prestó para tal engaño.

Los de C.Q.C se creen rockeros y son rockeros. Es un formato que Chile necesita, ya que se pueden dar el lujo, hasta de "pegarle" al hijo de la ex Presidenta Bachelet, decirle en la cara a los Carabineros de Chile que son unos "ladrones" e incluso involucrar al Papa en sus irónicas y críticas notas.

Sacar 9,2 puntos de rating no significa que el programa sea malo, pero "Perdona Nuestros Pecados" le ganó por 20 puntos y eso, aquí y en cualquier parte, es ¡una paliza!

No quiero dejar de mencionar lo mucho que suma al programa la contratación de Rafael Cavada. Por otro lado, Gonzalo Feito se maneja muy bien con el formato y, sobre el conductor principal y dueño de la licencia, prefiero no referirme, ya que debe estar tremendamente triste con el resultado.

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