Los quiero ver. Los quiero ver desplegando todo su ejército de rostros y periodistas para ganarle a ese monstruo televisivo llamado Mega el próximo 17 de diciembre.
Porque las elecciones presidenciales no sólo son el momento cívico más importante de un país, sino también la oportunidad de los canales para tomarle el pulso a su programación.
No me queda tan claro si hoy en día el público sintoniza un canal por la credibilidad de sus rostros, por la cobertura o porque automáticamente sintonizan la estación en donde están sus programas que más consumen.
Da lo mismo si es "Perdona Nuestros Pecados", que va en horario prime, o el matinal "Mucho Gusto". El público está encantado con la oferta de Mega y la pista, nuevamente, está complicada para el resto de los canales
Lo anterior sin considerar el fantasma del cable que siempre se lleva a un alto porcentaje de audiencia.
Sólo piense en el universo de no votantes que probablemente va a estar en la piscina capeando los 31 grados que se pronostican para Santiago, viendo Netflix o haciendo zapping por el cable o en la playa del Parque Araucano.
Me gusta la agudeza de la Cony Santa María, la manera en que Daniel Matamala saca de quicio al político con total calma o la forma en que Consuelo Saavedra consigue que el entrevistado se pise la cola.
¿Cómo ganarle a Mega? Partir la transmisión a las 5.30 es una estupidez, y se lo escuché a un ejecutivo.
Poner al panel de "Primer Plano" a pasar revista a los looks de los candidatos y rostros, suena entretenido, pero es difícil de vender a los jefes.
Insisto, los quiero ver. Y si gana un canal que no sea Mega, me la juego por entrar a La Moneda disfrazado de Homero Simpson. Apuesten.
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