En el último capítulo de "Vértigo", vimos, supuestamente, la despedida de Yerko Puchento. Un molesto y enrabiado personaje decía adiós luego de 17 años disparando, descalificando, riendo y criticando con ventilador a cuanto personaje público se le cruzara por la cabeza a su libretista Jorge López.
Los motivos que dio el actor Daniel Alcaíno, porque finalmente fue él quien habló desde el "fondo de su corazón", es que "estaba cansado de debatir con tarados", cansado de la mala onda de las redes sociales, que le dieron como bombo en fiesta semana a semana, cansado de los matinales que destinaban horas para hablar de él con algún panelista llorando pidiendo clemencia, intervinieron su teléfono, inventaron falsos aportes de plata hacia la causa Mapuche, en fin, descargos llenos de rabia y cansancio.
"Muy fome"
Su monólogo comienza, después de 45 minutos de los premios "Yerko Awards" muy fomes. Yo recién le puse atención en ese minuto, lo escuché y miré su lenguaje corporal. Me dio la sensación que no estaba hablando Jorge López, sino que Daniel Alcaíno y es aquí donde me quiero detener, porque hay dos miradas sobre tu discurso final.
Hay que ser muy cara dura para hacerte la víctima, después de todo el daño que le hiciste a organizaciones, personas naturales, representantes de la política, deportistas y rostros televisivos. Daniel, tú sabes que ese personaje no cabe hoy en Chile ni en ninguna parte del mundo.
Y como no eres tonto, me imagino que te diste cuenta que el empoderamiento de la ciudadanía hace que muera tu personaje.
Me hiciste reír, me ofendiste gratuitamente, algunas rutinas fueron extraordinarias; sin embargo, insisto, guarda tus anteojos, el resentimiento infinito y toda esa energía que te caracteriza para construir un nuevo personaje acorde al sentido común de los nuevos tiempos.