El padre de Di Mondo fue tres años preso político, tras lo cual partieron al exilio.
Di Mondo sabe llamar la atención, y gracias a su extrovertida personalidad se ha convertido en una de las figuras más populares en Chile, especialmente en época festivalera. Sin embargo, poco se sabe del pasado de uno de los chilenos más fotografiados en Nueva York.
Aunque hoy el glamour y el lujo son parte de su vida, su historia comenzó lejos de eso. Mientras su padre, Hugo Huerta es oriundo de Marchigüe -comuna del secano costero del valle de Colchagua-, su madre, Ana Cordero, nació en San Fernando, pero creció en Santa Cruz.
La pareja se conoció en 1970 y según Di Mondo, “fue amor a primera vista”. El golpe de Estado de 1973 los puso a prueba, ya que Huerta fue detenido y estuvo desaparecido por 75 días. “Él fue perseguido porque participaba en una cooperativa avícola y, al parecer, era un dirigente muy importante y era un muy buen líder. Hasta en la cárcel se convirtió en un buen líder”, reconoció el socialité en el programa Mentiras Verdaderas.
Su madre no se cansó de buscarlo y a pesar de estar embarazada del hermano mayor de Di Mondo, jamás se dio por vencida. Convencida de que estaba detenido, le llevó comida y ropa limpia a diario, “pero no sabía realmente si estaba vivo”.
Hugo, en tanto, se las arregló para tranquilizar a su esposa y hacerle saber que estaba vivo. “Él, ingeniosamente, tomó un pedazo de papel confort y con la paja de una escoba y escribió puntito por puntito ‘Estoy bien. Te amo’. Lo dobló y lo puso en un par de calcetines, y en realidad no sé cómo mi mamá lo encontró”, relató.
Tras tres años preso, la familia decidió irse al exilio y optaron por Nuevo México, en EE.UU. Su partida del país, al igual que la de tantas otras familias en esa época, fue traumática. La pareja llegó al aeropuerto por separado y solo se encontraron en la puerta del avión, tras tanto tiempo sin verse libremente.
“Hay momentos trágicos que pasan en la vida, que te quiebran, te destruyen o te hacen más fuerte. En este caso, creo que nos hizo más fuerte como familia”, dijo en el programa de La Red.
En el exilio, en 1983, nació Edmundo Huerta Cordero, a quien hoy conocemos como Di Mondo.
La familia completa decidió volver a Chile en 1990, junto con el regreso a la democracia. Di Mondo aún era un niño y se fue a vivir a Santa Cruz con sus padres, quienes instalaron un hotel como negocio familiar.
Di Mondo vivió allí por el resto de su infancia y adolescencia, donde se dedicó principalmente a sus estudios y al taekwondo, llegando a ser campeón nacional.
Lo que sus padres nunca imaginaron que el fantasma de la tortura volvería a sus vidas, ya que mientras Hugo trabajaba como instructor de Karate, vio que el abuelo de uno de sus alumnos había sido uno de los hombres que lo torturó mientras estuvo detenido.
Lejos de enfrentarlo, decidió no hacer nada y dejarlo pasar. “Mi papás nos han inculcado que uno tiene que vivir sin cargarse con los problemas o las maldades de otras personas”, dijo el socialité.