Maite Pascal actuó en recordadas teleseries, como Sucupira. En su cumpleaños, recordó a una persona especial que se fue muy pronto.
Cada 13 de junio llega cargado de emociones para Maite Pascal, la mamá de la diputada Maite Orsini. Es el día de su cumpleaños y también el de su papá, fallecido cuando ella era muy joven.
Padre e hija soplaban las velitas juntos el mismo día, durante su infancia y adolescencia. Su progenitor partió cuando ella tenía 17 años y su pequeña hija tenía un año. La pérdida la marcaría para siempre y hoy lo recuerda con sensibles palabras.
“Hoy es tu cumpleaños y te siento y te amo igual que siempre. Cómo serías hoy, a tus setenta y tantos. Tu alma joven se quedó en la mía y abrazados nos vamos por los cumpleaños juntos que no fueron...”, comenzó escribiendo en un post de Instagram.
“Pero te siento acá, cada 13 de junio, soplamos las velas juntos y nos abrazamos otra vez desde lo profundo del corazón, gemelo querido, papá viajero del universo, dejaste tanto en mí que tu ausencia se lleva en mi melancolía, en cada paso y en cada silencio… te celebro hoy siempre y sé que ahora volamos juntos…”, agregó.
Quién es Maite Pascal, la mamá de Maite Orsini
Maite Pascal nació el 13 de junio de 1972. Hoy cumplió 52 años y se declara “orgullosa del camino recorrido”.
Recientemente ha aparecido en medios hablando sobre las polémicas que involucran a su hija diputada, sin embargo, ella tiene su propio camino de fama.
Es cantautora, profesora de yoga y tuvo un recordado paso por dos de las más clásicas teleseries nacionales. Tenía 24 años cuando interpretó a Claudia Briceño, en Sucupira, la exitosa comedia de TVN en 1996. Era una de las amigas de la protagonista Bárbara Valdivieso (Ángela Contreras).
Luego, en 1999 tomó el papel de Jossette Villalobos en Fuera de Control, de Canal 13. También apareció en La Vida es una Lotería y Alguien te Mira.
En este nuevo cumpleaños, Maite Pascal también dedicó palabras para sí misma, valorando el paso de los años.
“La vida no pasa en vano, cada minuto vivido es un cúmulo de aprendizaje, me siento como de veinte aún, pero con la sabiduría de mis cincuenta y si antes me quitaba años y le borraba arrugas a mis fotos, hoy me siento orgullosa del camino recorrido. Cada marca es un andar de sabiduría y experiencia invaluable, aplaudo cada minuto de mi ruta y me detengo tranquila a observar cómo se acerca una nueva vuelta al sol, más plena, más bruja, más en paz, más feliz y más consciente… ¿parece que de eso se trata no?”.
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