El conductor del programa farandulero habló largamente sobre la conversación en que dos ejecutivos le informaron que su espacio en TV+ no seguiría al aire. “Creo que acá sí ocurrieron cosas que se hicieron por debajo”, declaró en Juego Textual (Canal 13).
Durante los últimos días, se anunció el abrupto final de Me late (TV+), programa de espectáculos y farándula que no seguirá en pantalla tras ocho años al aire.
Horas después, a través de sus redes sociales, el animador Daniel Fuenzalida lanzó sus descargos visiblemente emocionado: “Nadie entiende nada, nadie entiende por qué no nos despedimos en pantalla, no nos hemos mandado ninguna embarrada, nada... simplemente no entendemos”, fueron parte de sus declaraciones.
Tras ello, en el episodio del martes (18 de octubre), el propio animador fue el invitado del estelar Juego textual (Canal 13), quien se mostró dispuesto a contarlo “todo”.
“Como se dieron las condiciones de salida del programa, sin lugar tiene que haber una mano negra, porque no hay razón alguna para que el programa haya salido del aire de la forma que salió”, partió diciendo.
“Esa mano negra, y quiero ser súper claro, no tiene que ver con Iván Núñez, jamás se me nombró a Iván Núñez como se dijo en la prensa o en redes sociales”, agregó. El propio periodista de TVN ya había respondido a esas acusaciones durante el fin de semana, luego de que en Me late entrevistaron a su exesposa, Marlene de la Fuente.
“Como se sale de esa manera de un programa después de ocho años, y de lo bien que nos había ido, sí o sí creo que hay una mano negra, pero esa mano negra tiene que ver con alguien que puede estar al interior del canal”, planteó, “alguien que, a lo mejor, no le gustaba nuestro proyecto, no le gustaba el programa, los panelistas, yo”.
“Pero creo que acá sí ocurrieron cosas que se hicieron por debajo”, declaró.
“Creo que la forma no fue la buena”, remató. “En el resto pueden hacer lo que quieran, desarrollar el programa y las ideas que quieran”.
El shock
“A mí siempre me ha gustado hablar con la verdad y la transparencia”, continuó sobre si le dieron la chance de despedirse en cámara. “Cuando me citaron el viernes a las 19:00, después de ir en vivo en Me late, dos ejecutivos me informan que el programa no iba”.
Ante esa noticia, él pensó: “Perfecto, entiendo que el programa no va, uno sabe las reglas del juego”. Pero el quería saber cuáles serían los pasos a seguir. Frente a aquel escenario, “uno de los ejecutivos me dice ‘¿cómo crees tú?’”. Y Fuenzalida le propuso que fuera “a fin de año”, en caso de que hubiera apuro, “a fin de mes”, y “mínimo, la próxima semana”.
Acto seguido, “me dijeron que el programa se había terminado ese viernes”, aseguró.
Sobre la negación a que se despidiera, le dijeron algo así: “Como nosotros trabajamos con farándula, se podía prestar para que mis panelistas, de alguna manera, jugaran con esto”, por lo que les pareció mejor idea “hacer un corte inmediato”.
Aun así, “para ser claro, cuando la conversación iba avanzando, que fue cortita (10 o 15 minutos), yo estaba shockeado”, relató. “Entonces propuse, ‘oye, pero por último, ¿el lunes puedo venir al aire?’”. Ambos ejecutivos se miraron y le dijeron “lo vamos a pensar”.
“De verdad que ahí me sentí bien humillado, porque estaba pidiendo, por favor, terminar un ciclo después de ocho años, estaba como rogando poder volver a la pantalla; de hecho, les dije que ‘yo el lunes tengo gira de la Teletón, pero voy a Talca, vuelvo rápido’”.
Al otro día, finalmente le ofrecieron que efectivamente hiciera un último episodio el lunes. Sin embargo, Fuenzalida ya había pensado mejor las cosas y prefirió no hacerlo.
Mea culpa
“Dentro de todos estos años, pocas veces pedimos disculpas, porque pocas veces nos equivocamos o nos pasamos un poco más en alguna información”, declaró sobre las informaciones faranduleras que entregaron. “El canal en eso era bien generoso”.
Eso sí, contó que un par de veces se enfrentaron a retos de parte del canal por esos motivos, siendo uno de ellos el que recordó: “Fue cuando Cecilia Gutiérrez estaba en la conducción, que fue algo con Martín Cárcamo y el Bailando por un sueño (Canal 13)”.
“Ahora, yo no soy periodista, pero confiaba mucho en la edición periodística de Andrés Caniulef y en mis periodistas”, declaró. “Ellos, de verdad, que reporteaban todo el día, chequeaban la información con varias fuentes”.
“Después de tener todo eso, el resto era show televisivo: especular, jugar con los celulares, que ‘me llamó no sé quién’, ‘tenemos una información de no sé qué canal’...”, cerró. “Pero en términos periodísticos el programa trabajaba muy bien”.