Dana Hermosilla, pareja de la ex Miss Chile, revela cómo fue pasar de una vida privada a la pública. Admite que mientras Recabarren se iniciaba en los caminos faranduleros, ella ya se codeaba con el set nacional e internacional.
Dana Hermosilla es un nombre que pasó al podio de las mujeres del espectáculo nacional, desde que la animadora, modelo e influencer Camila Recabarren hizo pública su relación amorosa con ella. De aquel momento han pasado siete meses, con una ruptura entre medio que duró dos semanas, y que quedó rápidamente en el olvido de las enamoradas.
Juntas van a todas, desde viajes de placer a las protestas que se ha tomado el país el último tiempo. Dana se dedica hace años a ser Social Media Strategist y asume que pasó de ser medianamente conocida en el mundo televisivo a ser una mujer pública de la que se sabe mucho y poco a la vez.
"He estado ligada a la moda porque muchos años escribí una columna para Televisa y a través de mi hija, Isabella, que partió como influencer de moda y como mamá soy parte de su equipo. A los 12 años ganó un concurso como blogger y fuimos juntas a New York, donde le hizo un styling a Selena Gómez y compartimos un día con ella. Ahí partió todo y estuvimos en varios matinales, diarios, radio y otros medios de comunicación", recuerda.
El gran paso
Esos eran en tiempos, detalla, en que su atención estaba solo en su hija. En paralelo, una por entonces desconocida Camila Recabarren hacía noticia como Miss Chile y romance con Tatón Púrpura, 36 años mayor.
"Cuando la conocí simplemente era Camila, para mí nunca ha sido la chica de la televisión", precisa Hermosilla. Una vez iniciado el romance, admite que fue un gran paso contarlo al mundo, tanto por ellas mismas, como aporte a la sociedad.
"Las personas siempre me cuentan sus historias y cómo el vernos les ha ayudado con algún tema importante en sus vidas, es muy lindo que te digan esas cosas, me llenan de cariño, por lo mismo me siento muy comprometida y me tomo muy en serio la responsabilidad de llegar a tanta gente".
¿Alguna mala cara? La joven responde con humor: "Lo malo es que ahora si salgo en pantuflas y chascona a comprar pan a la esquina, siempre hay alguien que me escribe que me vio cruzando la calle y no se atrevió a pedirme una foto o algo así, jajajá".