Tal como se especuluaba en la previa, "Una mujer fanástica" se ganó el Oscar en la categoría de "Mejor película extranjera". La cinta chilena protagonizada por Daniela Vega respondió al favoritismo y se consagró en los premios cinéfilos más importante que tenga el mundo entero.
Y a pesar que el éxito es compartido entre guionista, directores y actores, todas las luces apuntan a la actriz chilena de 28 años, quien de paso se transformó en la primera persona transexual en presentar uno de los premios de la Academia.
Eso sí, para llegar tan alto y subirse al escenario del Teatro Dolby de Los Ángeles, la Dani tuvo que sudar la gota obesa. De hecho, con sólo 14 años quiso darle un radical cambio a su vida, fue le confesó a sus padres que quería cambiar de sexo y transformarse en mujer.
Como era de esperarse, entre todo ese proceso superó el acoso escolar que sufrió en ese entonces. Todo eso, gracias al apoyo brindado por sus padres, quien en ningún caso la dejaron de lado y le prestaron ropa en todo momento.
Desafío
Sin embargo, también se ganó los porotos en otros oficios antes de cumplir su sueño de ser actriz. De hecho, durante cinco años trabajó como peluquera, hasta que un día quiso dar el salto y convertirse en la actriz del momento que es hoy.
De todas formas, todavía Daniela Vega tiene tareas pendientes, aunque lejos de las tablas y la pantalla grande. Por ejemplo, su gran batalla personal está en que en Chile se reconozca su cambio de sexo. Al menos en su carnet de identidad.
"Para el Estado, no existo, no me reconoce (...) No soy bandera de lucha del mundo trans, pero si a alguien le puede servir mi testimonio, bienvenido sea", ha reiterado en varias ocasiones la reciente ganadora del Oscar.