Si pensamos en viajar, lo primero que podríamos hacer es buscar sitios en Internet o mirar destinos a través de la televisión. Rápidamente recordamos programas turísticos como “Lugares que hablan” donde Pancho Saavedra recorre y expone diferentes rincones de Chile con divertidas anécdotas y hermosos paisajes, pero años atrás ese formato ya existía e impactó a miles de chilenos.

Corrían los 80′ y Don Francisco la rompía en la pantalla chica reuniendo a todas las familias del país para hacerlos reír en “Sábado Gigante” y soñar con su segmento “Cámara Viajera”. Un especial proyecto que se mantuvo al aire entre los 60′ y 2010 donde Mario Kreutzberger se transformaba en turista para mostrarle al público los secretos de otros países.

En una época donde viajar y hospedarse dentro o fuera de Chile era muy difícil debido a los altos costos, observar a través de la televisión otros rincones del país y el mundo como África, Estados Unidos, China, Japón, Rusia, etc, era un panorama y oportunidad que encendió la chispa viajera en muchos niños y adolescentes que crecieron mirando el programa.

“Me acuerdo que lo veíamos en la casa a la hora de once porque en esa época no había tanta variedad de canales para ver”, señala Sebastián Fernández, tecnólogo médico que a sus 33 años recuerda haber crecido viendo a Don Francisco visitar la muralla china.

“En esa época era la única forma que teníamos de conocer otros países pues no teníamos los recursos como para pensar en salir fuera del país. Además, no había tantos programas de viajes, ni tantas alternativas para viajar como ahora, donde he podido ir fuera de Chile”, asegura, revelando que en su adultez ha explorado en carne propia cómo es viajar fuera del país.

Misma experiencia vivió Nayareth Duhalde, estudiante de 20 años que, si bien no recuerda haber visto el segmento de “Sábado Gigante”, si ha experimentado y utilizado aplicaciones que existen en la actualidad para poder viajar, hospedándose gracias a la tecnología y sitios de alojo que facilitaron sus vacaciones.

“Estas aplicaciones me las recomendó un conocido. Ahí empecé a indagar y me di cuenta que tenían precios mucho más accesibles de los que podemos encontrar en cualquier otra parte de internet”, aseguró Duhalde, refiriéndose a la amplia variedad de opciones que ofrecen aplicaciones como Airbnb o Booking.

Airbnb es una compañía estadounidense que se fundó en 2008, donde a través de una plataforma digital comparten ofertas de alojamientos particulares y turísticos, donde anfitriones pueden arrendar y publicitar sus casas o cabañas para simplificar el hospedaje de viajeros con precios más accesibles que un hotel.

“Te abre a más posibilidades de hospedaje porque no te obliga a tener que quedarte en un hotel y pagar un montón de plata por una noche… Para mí es mucho más accesible en cuanto a dinero porque te hospedas en lugares mucho más baratos, en los que no solo puedes dormir, sino que también puedes cocinar”, asegura Nayareth Duhalde sobre Airbnb.

Misma opinión brinda Rocío Campos de 22 años, quien destaca entre sus experiencias de viajes a Estados Unidos y Canadá el uso de este tipo de plataformas.

“Estas apps son súper buenas, siempre las casas y el alojo eran tal como se mostraban. Prefiero esto a usar un hotel porque permite que familias numerosas puedan rentar una casa y estar todos juntos, no como en habitaciones de hotel donde están todos separados y no tienes acceso a una cocina, por ejemplo”, aseguró la joven, destacando que, si bien el pasaje sigue siendo alto, este tipo de hospedajes facilitan la experiencia.

Sebastián Fernández también asegura que, si bien viajar es una experiencia a la que no todos pueden acceder, el “boleto” en la actualidad es más barato que varios años atrás.

“Es un lujo que no mucha gente se puede dar, a menos que sea costeado en cuotas durante meses… Hay mayor oferta de aerolíneas y de empresas que ofrecen paquetes turísticos, lo que facilita un poco viajar al lugar que uno quiere”, destaca, dejando en evidencia que la mayoría de turistas y futuros viajeros buscan vivir grandes experiencias, pero ahorrando lo más que se pueda y en estos casos, la tecnología y las aplicaciones de alojo pueden simplificar parte del proceso.