La comunicadora se sinceró y habló sobre lo que ha sido su travesía en Tierra Brava, donde se vio involucrada en un controversial triángulo amoroso con el argentino y la venezolana. “Hubiera sido súper fuerte que me dejara a mí por esa relación que estaba comenzando”, reveló a La Cuarta.
Ya transcurrieron varias semanas desde el arribo de Daniela Aránguiz a Tierra Brava, donde tal como se esperaba, no ha dejado títere con cabeza. De hecho, apenas puso una patita en el encierro, dejó la escoba en la idílica relación que hasta ese entonces tenía Luis Mateucci y Alexandra Méndez, más conocida como la Chama.
Incluso, ya acumula varios momentos de alta tención con su compañera, a pesar de que esta semana anduvieron haciendo las paces y pudieron conversar sin mayores inconvenientes. De todas formas, logró que el argentino dejara en el olvido a su ahora ex “peor es na” y que volviera a sus brazos.
Y dentro de todo ese contexto, la panelista del Zona de Estrellas ahora se tomó un minuto para hablar sobre su loca travesía en el espacio de telerrealidad de Canal 13. En primera instancia, se refirió a los motivos que la llevaron a debutar en un programa de esta naturaleza.
“Tomé la decisión de entrar a Tierra Brava después de una conversación muy importante que tuve con mi hermano Rodrigo. Él me dijo ‘hoy es el día más joven del resto de toda tu vida’, y eso me llegó muy adentro, porque siento que me casé muy chica, a los 19 años, y a los 23 ya tenía dos hijos y toda mi adolescencia la viví siendo una mujer grande. Entonces, sentí en el momento de tomar la decisión, que entrar al reality iba a ser algo que si no lo hacía ahora, no lo iba a poder hacer nunca más”, explicó en diálogo con La Cuarta.
Y en esa misma línea, agregó: “tenía esa espinita de volver a ser la Daniela de Mekano, la joven, y no me equivoqué porque así lo siento. Me siento una cabra chica dentro de un mundo que no es mío, como que me reencontré con la adolecente de nuevo, y eso me encanta. Más que vivir algo nuevo, volví a vivir lo que tendría que haber vivido y sé que voy a salir de aquí y voy a ser nuevamente la mujer que soy… Ahora estoy siendo la adolescente”.
Luego, se refirió al porcentaje de influencia que tuvo Mateucci, quien antes del inicio de Tierra Brava era su pareja “oficial”, en su deseo de ingresar al reality.
“La verdad es que yo ya hice muchas cosas por un hombre durante toda mi vida y siento que esta decisión, de entrar, no tiene nada que ver con Luis, sino que es algo personal, algo mío. Que Luis esté dentro del reality para mí es un plus, si él no hubiese estado, no hubiera tomado esta decisión. Porque, claramente, me siento apoyada y cuidada, algo que para mí es muy importante”, recalcó.
“En Mekano tenía a mi hermano (Rigeo) y después en mi vida tenía a mi ex marido (Jorge Valdivia)... siempre me he sentido súper cuidada y esta vez también me siento cuidada por Luis. Y claro que es entretenido vivir esta experiencia en pareja”, complementó.
“Por suerte no vi los besos...”
Por último, la Dani se sinceró y habló sobre cómo fue el encuentro con el argentino, y también confirmó que estaba convencida de que volvería con ella apenas la viera en Tierra Brava. Esto, a pesar de que igual admite que se enchuchó en su momento por su romance con la Chama.
“Conozco mucho a Luis y sabía que esto era un coqueteo de reality y que saliendo del encierro, todo iba a quedar en nada, incluso aunque yo no entrara. Obviamente uno se pica cuando es mujer, no lo voy a negar, y sí, hubo celos de mi parte, pero unos celos de mujer de ‘¿cómo me dijo esto y ahora está haciendo lo otro?’, pero también entendía que nosotros no teníamos nada formal, pues habíamos terminado la relación cuando él decidió entrar a Tierra Brava”, aclaró.
Eso sí, reveló que igual le entró el demonio al observar ciertas situaciones antes de ingresar. “Vi los masajitos, el coqueteo y todo. Por suerte no vi los besos. Claramente tenía nervios... yo creo que para mí hubiera sido súper fuerte que me dejara a mí por esa relación que estaba comenzando. Pero yo soy muy segura de mí misma, y sabía que cuando Luis me viera, lo que tuviera con Chama, se iba a acabar. Lo que sí me pasó es que yo quería que él estuviera ahí cuando yo entrara, para ver su cara de impresión. Por eso no me gustó mucho nuestro primer encuentro... debí haber entrado a interrumpirlo mientras se estaban haciendo los masajes”, remató.
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