La cantante, además de prender la tarde con su propuesta pop, dejó varios mensajes.
Aunque se lea extraño, es la primera vez que Denise Rosenthal aparece en el cartel de Lollapalooza Chile con nombre propio.
Su show ha madurado a tal punto que, por ejemplo, tuvo un exitoso paso por el Festival del Huaso de Olmué en enero pasado y llevó sus canciones a una gira veraniega que pasó por lugares tan disímiles como Molina y Vallenar, siempre con buena convocatoria y el pasaporte que te da haber sido una figura reconocible de la TV durante años.
Si en un minuto Denise estuvo en la disyuntiva de elegir entre las teleseries y la música –decantando por esta última–, su presencia en la cita 2024 del festival de Perry Farrell fue solo una muestra más de que el camino elegido fue el correcto.
Su presentación, esquiva durante años para los organizadores que no lograban convencerla, fue un shoot energético para la jornada de domingo despuntando una serie de hits radiales y publicitarios que la posicionan como una de las referentes de una industria nacional a la que siempre le adolecen este tipo de éxitos.
“Agua segura”, aquel tema con Mala Rodríguez que incluso fue parte del soundtrack de una teleserie, abre los fuegos. Decenas de mujeres se toman el Cenco Mall Stage con la aparición cual diosa de la cantante.
Como una señal potente y acorde al mensaje que entrega en varias de sus canciones, Rosenthal solo presenta mujeres en el escenario: desde la banda hasta el cuerpo de baile. Acaso una forma de subir de forma contundente y visible el porcentaje de mujeres artistas que se presentan en este tipo de instancias, una cifra que aunque en la última década va al alza, siempre queda al debe de forma más mediática.
Con su último disco Supernova (2023) como base sólida de una gira veraniega que tuvo este domingo su punto cúlmine, la propuesta de Rosenthal combina sonoridades pop, sensualidad, liberación y sabor por partes iguales, de un extremo a otro.
La emotividad de “Isidora”, que cantó parada frente al piano, contrasta con canciones que invitan desenfrenadamente a la pista como “Naughty Girl” y, hacia el final, “I Wanna Give My Heart” con la coqueta “Sugar Mami”, parte de su última placa y en el que comparte créditos con la mexicana Danna Paola.
El calor imperante a esa hora en Cerrillos la llevó a una inesperada salida de libreto. “Estoy cagá de calor sí… pero dándolo todo como siempre”, dijo entre canciones. “¿Por qué a esta hora?, ¿Cómo lo hayan…? Tenemos que hacerlo todo super apurado, tenemos poco tiempo”.
En una conferencia de prensa posterior a su presentación y en el que se reunió gran parte de la prensa acreditada, la cantante insistió en el punto. “Espero poder estar nuevamente, en un mejor espacio y en mejores condiciones”, dijo, “Pero se agradecen todas las oportunidades”.
Seguramente, y respaldada por sus casi 4 millones de seguidores de Instagram y algunos otros miles de streams en plataformas, no será la primera vez de la figura arriba de ese escenario. Propuesta convocante, al menos, hay.