La ex-Rojo conversó con Martín Cárcamo en De Tú a Tú, por lo que repasó distintos momentos de su pasado y de su gente.
Cuando María José Quintanilla nació, su padre, Reinaldo, fue desahuciado por por una poliartritis reumatoide, una enfermedad autoinmune que en la década de los 90 no tenía tratamiento.
Por lo que en sus primeros años de vida, su pequeña hija solo lo vio en cama. Sin embargo, con el tiempo, fue parte de las pruebas para un tratamiento que le permitió vivir con menos dolor y ser parte de la vida de su hija por un periodo más largo.
En medio de ese relato, el figura de tele también contó en el estelar De tú a tú (Canal 13) que, sobre todo antes de que ella naciera, la vida de su familia no fue nada fácil, sobre todo en el plano de las lucas.
Por aquel entonces, sus padres y sus hermanos mayores vivían en un campamento. “Condiciones dolorosas, piso de tierra”, describió. “Un chupete que se perdía, claro, había ratones que se lo llevaban”.
“Doloroso”, recalcó la ex-Rojo (TVN).
Por lo mismo, Quintanilla desde muy niña se sintió agradecida por tener un techo En Maipú. Ahí destacó el papel que jugo su mamá, porque “es súper buena para remar”, es decir, ante “cualquier cosa, ella va para adelante”.
Es más, recordó, “me acuerdo que una vez estuve mucho tiempo comiendo arroz con huevo, arroz con tomate y le pregunté a mi mamá por qué comíamos tanto arroz”, a lo que ella respondió: “Porque el arroz hace muy bien, hija”.
De esta manera, “mi mamá siempre generó un ambiente súper sano”, destacó. “Ella generó este mundo paralelo donde todo estaba bien y solo tenía que preocuparme de barrer o de jugar”.