"¡Qué venga la modelo!" "¡Ganó, se lo ganó!", o "¡A los leones!" fueron célebres frases que, un extrovertido hijo de inmigrantes judíos-alemanes, popularizó durante una destacada carrera televisiva.
Mario Kreutzberger Blumenfeld (77), más conocido cómo "Don Francisco", desde muy joven supo que las comunicaciones, las luces, las cámaras y la labor social definirían su futuro.
De pasar de ser presidente de curso en el Liceo Comunal de Ñuñoa a animar los eventos del Club Israelita Macabbi, Don Francisco fue forjando un carácter y una determinación frente al público que lo llevarían a crear, en 1962, "Sábados Gigantes", un programa que ha sido parte de la idiosincracia chilena por más de 50 años y que hoy, después de su término en 2015, vuelve de la mano del exitoso estelar "Qué dice el público", conducido por el mismo Kreutzberger y Martín Cárcamo.
Pero, ¿qué es lo que hace revivir casi 53 años de programa?
La transmisión sabatina fue tan exitosa que en sus primeras tres décadas de existencia se mantuvo liderando la sintonía chilena en un 80%, gracias a simples, paupérrimos en tecnología, pero entretenidos concursos. A eso había que sumarle los regalos, cuya máxima aspiración de un participante era un auto cero kilómetro.
Y la clave fue un animador perfecto.
Don Francisco, un hombre de una familia que buscó refugio en este lado del mundo, de pequeño vivió en carne propia los contra pie del destino, dejando la escuela para colaborar en su hogar y de vez en cuando divertirse sobre los diferentes escenarios que le daba su improvisada vida.
La superación lo llevó a ser un diferente. Ayudó, escuchó y entretuvo a un Chile que pasaba por altos y bajos durante la dictadura.
Con una personalidad inigualable, un carisma de aquellos o el chiste a flor de lengua convirtieron a Don Francisco en el mejor invitado a los almuerzos y onces de las casas criollas. Que si tenía que cantar, cantaba, si debía llorar, lo hacía y a la hora de ayudar llegaba hasta las últimas consecuencias.
La Teletón es él y nadie más.
Su exposición en muchos momentos le causó problemas, pero el público siempre le puso la mejilla, porque es un líder, un familiar admirable, un partner o un compañero de trabajo que alegra el día con su inagotable imaginación.
Quizás por eso "¿Qué dice el público?" es exitoso y en 50 años más, su otra versión, también lo será.