El animador conversó con La Cuarta sobre la muestra Estudio Gigante y sobre el Día Mundial del Síndrome de Down.
Luego de más de 60 años de carrera, Mario Kreutzberger sigue disfrutando del reconocimiento del público. Hace algunos días se inauguró en el centro de extensión de la Universidad Católica, Estudio Gigante, una muestra que recorre la vida laboral del animador, desde los recuerdos más íntimos albergados por su esposa Teresa “Temmy” Muchnik.
Se trata de 2500 piezas relacionadas al comunicador y a su historia en Sábados Gigantes, espacio que encabezó durante décadas y que lo transformó en uno de los rostros latinos más importantes del continente.
“Esto es un trabajo realmente que hizo mi mujer durante más de 60 años. Para ella fue muy difícil desprenderse de esto”, contó el animador a La Cuarta.
Pero lo hizo gracias a la ayuda del exrector de la UC, Ignacio Sánchez. “Nos ayudó mucho a que pudiéramos, junto a Canal 13, el Banco de Chile y también a las tiendas Ripley, financiar todo esto”, añadió.
Para el conductor, la iniciativa es muy importante, porque “no es solamente mi historia”. “En realidad, desde mi punto de vista, es mi homenaje a todos los que alguna vez participaron, trabajaron o vieron Sábado Gigante”, añadió.
El animador, también aseguró que pese al sacrificio, “Temmy” está “contenta y satisfecha con el trabajo logrado” en la muestra, cuya entrada es gratuita y que se puede visitar “de lunes a viernes de las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde y los sábados desde las 10 de la mañana hasta las 2 de la tarde″, explica el mismo Don Francisco.
Don Francisco y su lucha por la inclusión
Kreutzberger conversó con La Cuarta en una jornada por la conmemoración del Día Mundial del Síndrome de Down, realizado en el Instituto Teletón en Santiago, donde niños, niñas y sus familias pintaron calcetines dispares, que simboliza la diversidad como gesto.
“La actividad es para destacar el trabajo que se está haciendo en diferentes fundaciones con los niños de Síndrome de Down y dentro de esas fundaciones estamos nosotros, que adaptamos los institutos a las necesidades de los niños con Síndrome de Down, que necesitan un tipo específico de rehabilitación entre los cero y 7 años”, explicó el animador.
Según dijo Don Francisco, la posibilidad de poder atender a estos pequeños pacientes, se da gracias a la ayuda de la Fundación Aninat, que “nos ha dado recursos extra para poder hacer un buen trabajo con ellos”.
La labor conjunta de ambas fundaciones comenzó el año 2008, y según dijo el líder de la cruzada solidaria, ha sido un “largo camino y muy exitoso, porque cuando partimos teníamos 200 niños y actualmente tenemos más de 1000″.
No obstante, aún queda mucho por recorrer. “Este viernes es el día mundial del Síndrome de Down y entonces tenemos que destacar esta labor, promover esta labor, ayudar a los padres para que puedan tener oportunidades para sus hijos”, cerró.