La ex Mekano se sinceró en Podemos Hablar sobre el complejo momento que vivió con su pareja, Juan Pedro Verdier. “Él se trastornó”, aseguró.
Karen Bejarano fue una de las invitadas al programa Podemos Hablar junto con Monserrat Álvarez, Mauricio Jürgensen y DJ Méndez.
La ex Mekano recordó en el espacio el complejo momento que vivió junto a su familia tras la filtración de sus fotos íntimas
Al comienzo del programa, el Jean Philippe Cretton le preguntó por las declaraciones que realizó su esposo, Juan Pedro Verdier, en La Divina Comida.
“Primero me morí, lloré, vomité sangre, me arrastré por el piso, me quise matar, busqué donde conseguir un arma para ir a matar a esa persona. Y después decidí no hacerlo y volver a construir una vida linda”, señaló Verdier.
Tras esto, Karen reveló cómo fue para ella vivir esta situación, asegurando que “parte de mi terapia fue entender que yo no era la culpable”.
“Yo durante mucho tiempo me sentí culpable de haber tenido una intimidad con mi pareja y que lamentablemente hubiese gente tan… (...) que sea capaz de hacer algo como eso, no solo pedir plata porque eso ya da lo mismo, sino que jugar con los sentimientos de que van a ir a buscar mi hijo al colegio, porque sabían mi dirección, tenían todo de mi”, continuó.
En esa misma línea, agregó que “no se lo doy a nadie, porque es la situación, por lejos, más angustiante que he tenido que enfrentar en mi vida”.
“Nos tuvimos que ir del país”
“Que después la gente te apunte con el dedo, y que mi marido haya sentido que no me pudo defender de esta situación… él en algún momento quiso pagar la plata, plata que no teníamos, pero él dijo ‘voy al banco y no sé cómo lo hago’, y la PDI nos dijo a nosotros ‘no lo hagan’”, recordó.
Asimismo, Karen señaló que “Juan Pedro… de verdad no podría relatar con palabras como él se transformó en un ente. Durante cuatro días no durmió, él buscaba en la internet todo lo que existía respecto a esto, pedía a los portales que bajaran la noticia, buscaba los comentarios y quería ir a buscar a toda esa gente”.
“Él se trastornó con la situación. Nos tuvimos que ir del país porque acá tenía 24/7 personas en la puerta de mi casa esperando a ver qué decía yo, en la calle me gritaban cosas, fue de verdad muy desagradable y muy angustiante”, agregó.