El comediante se alista pare presentarse en el Festival de Viña, en medio de una exitosa etapa, sucedida tras un complejo periodo interno.
Edo Caroe se sinceró sobre su salud mental, marcada por un cuadro depresivo durante el 2019 que se vio reflejada, por ejemplo, en su salida del exitoso programa Pongámonos serios en la radio Los 40. “Emocionalmente no estaba muy bien”, dejó entrever recientemente invitado a La junta (YouTube).
Aquel periodo, además, estuvo marcado por un delicado proceso que enfrentaba su hija, por aquel entonces en plena adolescencia; “también estaba con una depresión, pasamos ese proceso en paralelo”, recordó ahora el comediante en entrevista con La Firme de La Cuarta. Al respecto, repasó:
“Nos potenciábamos en la pena, jaja. Fue pal hoyo, porque se suponía que yo debía ser el papá contenedor, el que estuviera para apoyarla, quererla en su momento, y muchas veces yo estaba peor. Ahí fue cuando busqué ayuda de forma muy seria, porque tenía que estar para ella. Fue bien difícil ese tiempo, que creo que el que más miedo tuve de lo que podía provocar una depresión tanto en mí como mi hija... Sí, lo recuerdo como un tiempo de mierda, pero ya pasó. Fue muy difícil”.
Sobre el proceso de terapía sicológica, Edo analizó ello derivó incluso en hacer parte su propio mundo interno en su comedia:
“Con terapia empecé a entre asombrarme e impactarme con lo que encontré en mí: cómo pequeñas situaciones de mi pasado, de mi infancia, me afectaron hasta el día de hoy, cómo eso atravesó toda mi trayectoria vital y explota ahora; todo ese trayecto desde que uno es niño o joven, cómo influye en el comportamiento cuando detona, en las cosas que uno hace, me causó mucha curiosidad. Primero me impactó, me asombró y, como tengo una curiosidad de investigación y cuestionamiento, empecé a cuestionarlo, y me permitió escribir chistes más cercanos a otros temas, no tanto al acontecer nacional o la noticia, sino a temas un poquito más trascendentes”.
El comediante también contó que ha tenido que aprender a manejarse con la ira y la frustración:
“Hasta hace tres años me costaba controlar la ira. Fue una terapia de cuatro años. Todavía sigo trabajando día a día; no sólo la ira, sino mis emociones en general; soy muy inestable emocionalmente, entonces paso de la alegría extrema a la ira, a la nostalgia, a momentos demasiado calmos, en muy poco rato. Me hace muy mal a mí y a los que me rodean, porque es impredecible. Empecé con esta terapia a conocerme, a conocer mis emociones, a hacer más deporte, cambiar mi estilo de vida, mis hábitos, para estar más tranquilo, considerando todas las personas que enfrento; o sea, llego a este estudio (Neverland, su productora), y no me dejan tranquilo, jajaja”.
El presente de Edo Caroe
Sobre su presente, el comediante que se alista para su regreso al Festival de Viña en medio de un exitoso presente, expresó:
“Alcance una estabilidad, como dice el refrán: después de la tormenta viene la calma, una calma que aproveché para empezar a desarrollar algunos proyectos, y después de esos proyectos vino toda esta vorágine del éxito del podcast, un éxito nuevo, escribí mi show nuevo, hice giras y actué fuera de Chile. Hubo un gran periodo de sanación, después de hacer muchas cosas; y ahora (estoy) esperando a caer en la mierda otra vez, porque así es, jajajaja. Esa es la vida... Lo Que Salga fue el show que escribí mientras estaba en el abismo y fue medio catártico. Vaya que sirvió. Y después vino Peligrosamente Bien”.
Caroe también destacó cómo los shows de humor que han tomado han sido un reflejo de su presente interior:
“Estoy en un momento de calma, de mucha tranquilidad y de alegría conmigo mismo. Estoy aprovechando para desarrollar algunos proyectos bajo esa tecla, porque, cuando no tenía esa calma, igual tenía que hacer cosas para vivir, sólo que el prisma era otro. Por eso Lo Que Salga es un show más nostálgico y crudo, porque escribí bajo ese prisma. Ahora, Peligrosamente Bien es un show en el que me siento mejor y escribí con esa idea: comunicar y mostrar que estoy mucho más lúdico y alegre... Pero siempre vuelven en esos momentos (depresivos); uno puede controlar esto, pero no se va. Los cuadros depresivos y la angustia a veces vuelven súper fuertes, pero el último tiempo ha sido menos; no he tenido grandes bajones ni nada, muy chiquitos”.
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