En la televisión se forman parejas como en cualquier trabajo. Y una de ellas son la compuesta por Marcela Vacarezza y Rafael Araneda. Más de 15 años juntos, y como en todo matrimonio, imagino que han vivido episodios de dulce y agraz.
En la televisión se forman parejas como en cualquier trabajo. Y una de ellas son la compuesta por Marcela Vacarezza y Rafael Araneda. Más de 15 años juntos, y como en todo matrimonio, imagino que han vivido episodios de dulce y agraz. Sin embargo, hay un capítulo en sus vidas que supera cualquier película de terror. En agosto de 2017 fueron víctimas de un portonazo con mucha violencia. La historia la conocemos y creo que representa a muchos que han padecido el mismo calvario.
Ayer vimos cómo ambos debieron declarar en el juicio, recordando cada detalle de tan nefasta experiencia. Y ahí uno empieza a reflexionar. ¿Será necesario exponerlo a la prensa?, ¿será bueno que los niños vean a los papás, sufriendo otra vez con el recuerdo de aquel día? Y, lamentablemente, la respuesta es sí. Ambos, y yo los conozco, no son buenos para ventilar su vida privada, pero en esta ocasión son muy valientes y corajudos para hacerlo. Por lo demás, muy necesario como ejemplo de persistencia, hay que llegar hasta el final con estos delincuentes que por un par de objetos de valor son capaces de atormentar la vida de las personas. En este caso se salvaron de un final trágico, pero ¿la paz y la tranquilidad robada se recupera? Cuántas familias han sufrido la pérdida de un ser querido por estos antisociales, que tienen 45 causas anteriores y andan sueltos como si nada.