La fundamental artista norteamericana se presentó en Santiago, pero lo hecho este sábado estuvo lejos de ser un concierto. Junto a Soundwalk Collective presentó una pieza audiovisual donde repasó los cambios que ha sufrido el mundo, caminando entre la problemática social y antiguas proyecciones cinematográficas. Sobre el cierre sorprendió con Peter Buck en el escenario.
La experiencia que ofreció Patti Smith en el Teatro Coliseo no fue la de un concierto. Es un manifiesto sonoro. Un grito que la madrina del punk ha desarrollado por 10 años junto a Soundwalk Collective. Una propuesta audiovisual donde el protagonismo de la voz de la norteamericana está a la par de la ambientación que ofrece Stephan Crasneanscki. Te llevan por distintos pasajes de una civilización complicada.
Se vieron imágenes referentes al cambio climático. Hubo pasos por Chernobyl. También proyecciones de las películas Medea de Pier Paolo Pasolini, Pasolini, donde Willem Dafoe interpreta al asesinado cineasta italiano, Andrei Rublev, de Andrei Tarkovsky, y Andrei Tarkovsky. A Cinema Prayer, del hijo homónimo del cineasta ruso.
Bajo el título de Correspondences (traducido literalmente como Correspondencias), Smith busca explorar con su poesía todos los elementos mencionados. Es un monologo de la artista, mayormente un relato parejo, con momentos donde se realza su voz y canta. Ella va pasando sus páginas y botando las hojas al suelo. Arriba es acompañada por un percusionista y una violinista.
Las correspondencias se ganan más una ovación de un público que no necesariamente tiene que ser angloparlante para comprender todo lo que sucede frente a él. Los énfasis son claves y la impronta de la cantante con su impecable manejo del espectáculo ayuda a entender los momentos de la performance. Antes y después del show, la compositora habla con cierta timidez. Durante, es la reina del escenario.
Sorpresa al cierre
Tras el cierre de Correspondences y una ovación de pie del público en el Coliseo, Patti Smith sale del escenario por unos instantes. Vuelve de inmediato y da un sorbo a la taza que la acompañó durante la hora y 15 minutos que duró su presentación. Antes de despedirse, le da un guiño al público e interpreta, a capela, Wing, del álbum Gone Again, mientras se proyectan escenas de la película El Evangelio según san Mateo, de Pasolini. Nuevamente caen los aplausos. Pero la sorpresa se vuelve mayúscula cuando invita al escenario a Peter Buck.
El guitarrista de R.E.M se presenta y toca una versión acústica de People Have the Power junto a la autora. La canción, publicada en 1988 y parte de disco Dream of Life, es un buen resumen de lo que buscan exponer en la performance junto a Soundwalk Collective. “Queríamos hacer recordar el poder que cada uno tiene, pero también el sentido de poder colectivo. Cómo podemos lograr lo que sea”, explicó Smith a NME, hace algunos años, al describir ese tema. “Si bien yo escribí la letra, para mí siempre será la canción de Fred (su esposo, fallecido en 1994). Él escribió la música, escribió el concepto, y quería que fuese una canción que la gente cantara alrededor del mundo como inspiración alrededor para que ellos a su vez se inspiraran por distintas causas”, agregaba.
Adiós a la canción y la nacida en Chicago sale del escenario. Ahora sin volver. Alguno, quizás, quedó con las ganas de oír la fundamental Because the Night, que sí cantó hace algunos días en Medellín. Claro que después de la exhibición eso se transforma en un mero detalle anecdótico.
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