Una historia que destaca por la pasión por seguir los sueños y unos dolorosos últimos años, así fue la vida del mexicano Rubén Aguirre.
Rubén Aguirre, mejor conocido como el Profesor Jirafales, un personaje mítico de la comedia latinoamericana, tuvo una vida que conoció el éxito como el dolor.
El mexicano que nació el 15 de junio de 1934 en Saltillo, Coahuila, empezó como ingeniero agrónomo, sin embargo, nunca fue su pasión. “Trabajé en una propiedad agrícola, donde sembrábamos algodón, pero no me gustó mucho. Lo mío era la actuación. Siempre, desde muy chico me gustaba la actuación. Era niño cuando me salía a la calle e imitaba a los vendedores ambulantes que pasaban por mi casa”, relató en una entrevista.
El inicio en el trabajo actoral fue un tanto peculiar, ya que comenzó a trabajar en el canal Televisa, siendo ejecutivo y captando talento para esta cadena mexicana, es ahí donde conocería Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, y convencería a sus superiores para que contrataran al comediante.
Tras el éxito de “Chespirito” con programas como “Los supergenios de la mesa cuadrada” y “Chespirotadas”, Aguirre le pidió que le devolviera el favor, de esta manera unirse al staff de comediantes de los programas, Gómez Bolaños accedió.
“Empecé los sábados con las “Chespirotadas”, entonces me llamaron de la dirección general de Televisa y me dijeron: “‘Señor Aguirre, ¿qué está haciendo ahí?’. ‘Pues mi trabajo termina los viernes y esto es los sábados’. ‘No señor, o un lado o en otro, no puede hacer las dos cosas’. ‘Ah, bueno, entonces me voy con Chespirito’”, comentó Aguirre sobre ese momento a la argentina Susana Giménez.
Un cambio que a su esposa no le pareció en su momento, “la primera que dejó de hablarme fue mi mujer: ‘Estás loco, con lo que estás ganando... ¿con Chespirito cuánto ganas?’. ‘Todavía nada, pero algún día...’. Estuvo como dos meses sin hablarme”, dijo entre carcajadas.
Posteriormente, llegaría su papel más recordado, el Profesor Jirafales, este personaje que se caracterizaba por su sombrero, su cigarro y sus ramo de flores para Doña Florinda, y con sus recordados “ta, ta, ta... ¡ta!” o el “después de usted”.
“El Profesor Jirafales es un personaje al que quiero mucho porque fue el que me internacionalizó. Gracias a Jirafales he visto como me piden autógrafos los chicos de la Quinta Avenida de New York y los de Ushuaia. Eso vale muchísimo para un actor ser reconocido internacionalmente. Y lo mismo pasa en Italia, España, Francia, Marruecos, Norte de Africa, Corea”, enfatizó.
Más tarde, tendría su propio circo donde viajaría por todo el mundo, una manera de reconvertirse tras su paso por el cine y la televisión.
Pero todo cambiaría cuando él y su esposa Consuelo de los Reyes sufrieron un accidente de tránsito en 2007, Aguirre por las secuelas tuvo que vivir en silla de ruedas y dejar la actuación, mientras su compañera sufrió la peor parte: tuvieron que amputarle la pierna.
De ahí en adelante su salud se iría a pique, con el paso de los años este sufriría dolores de columna, cálculos y fue diagnosticado con diabetes, todo estos gastos médicos lo dejaron en la ruina, siendo rechazado de varios hospitales, puesto que no contaba con el dinero para pagar sus tratamientos.
Esto apagaría su vida de a poco hasta su fallecimiento en la madrugada del 17 de junio de 2016.
“Él vivió mucho y no era el modelo, era el kilometraje: viajó mucho, vivió muy intensamente. Estaba cansado, pero se despidió rodeado de amor, muy tranquilo y sabiendo que dejaba a una familia fuerte y unida”, dijo su hija, Verónica Aguirre.
Y así concluyó la historia de uno de los actores más queridos de la pantalla chica en toda Latinoamérica y el mundo.