La experiodista de TVN se fue a vivir a Londres a inicios del 2019, donde decidió embarcarse en un nuevo proyecto durante la pandemia. “Decidí probar y quedé”, contó.
Hace un par días, el periodista deportivo Pedro Carcuro contó una íntima confesión que, años atrás, le hizo a su excompañera en TVN Consuelo Saavedra.
Ahora, la exconductora de 24 Horas volvió a hacer noticia porque acabó un MBA (Master of Business Administration, maestría en administración de empresa), en la universidad de negocios London Business School. La graduación fue en modo presencial, tras dos años de virtualidad.
La periodista se fue a vivir a Londres junto a su marido, el exministro de Hacienda Andrés Velasco, y sus tres retoños. Sin embargo, la idea de volver a estudiar recién le surgió con la pandemia. “Hartos nos pusimos a pensar en qué hacer, mucha gente se reinventó”, contó en conversación con LUN. “Decidí probar y quedé”.
Pero el proceso no fue coser y cantar: “Tienes muchas entrevistas y además una prueba de matemáticas”, lo que “fue difícil porque no veía matemáticas hace mucho y tampoco alcancé a prepararme tanto”.
Una lección
Saavedra estudió algo así como “una mini ingeniería comercial, por así decirlo, porque es como plastilina; es decir, tú lo conviertes en lo que sea: para tu propio emprendimiento o por si quieres tomar un rol más ejecutivo en la empresa en la que trabajas”, explicó.
Y como periodista, detalló, eso le sirve especialmente porque “los desafíos del mundo cada vez pasan más por una mezcla de sociedad civil, gobierno y empresa, por lo que es muy importante entender la lógica de la empresa”.
El formato de curso consistió en que “desde el principio te asignan un grupo y uno aprende mucho de eso”. Ella tiene 52 años, por lo que “me tocaba estudiar con gente de 25, y se trabaja de igual a igual”, lo que deriva en “un aprendizaje muy profundo”. Ese clan, conformado por un griego, un polaco, una india, un argelino y la periodista, se convirtió en una suerte de “familia”.
La mayor lección que le dejó todo el proceso fue “el valor que hay en fracasar”, por lo que “es una escuela donde, más que premiar el éxito, se reflexiona mucho sobre los fracasos”, lo que “es muy valioso para cualquier orden de cosas”.
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