Pasaron del amor a primera vista, a casarse el día de aniversario de muerte del Rey del Rock, a las peleas que acapararon las portadas de las revistas de los años 2000, a separarse a los cuatro meses de la boda y finalmente, a ser grandes amigos. Así fue el tercer matrimonio de Lisa.
Cuando Lisa Marie Presley se divorció de Michael Jackson en 1996, pasó un tiempo hasta que conoció a quien sería su próximo marido. Fue en la fiesta de cumpleaños de Johnny Ramone en el año 2000, en que Nicolas Cage se fijó en ella casi como amor a primera vista.
La hija de Elvis venía saliendo de una rehabilitación por drogadicción en el Celebrity Center de la iglesia de la Cienciología, tenía 34 años, dos hijos y dos matrimonios fracasados a cuestas.
Por su parte, Cage era el sobrino de Francis Ford Coppola y un fanático declarado de Elvis. Según el actor de ese entonces 38 años, el romance comenzó con un flechazo y no por el interés de un seguidor del Rey del Rock.
Una relación intensa, con rupturas y reconciliaciones. Estuvieron pololeando poco más de un año y medio y decidieron casarse en agosto de 2002 en Hawái, en el 25 aniversario de la muerte de Elvis.
“A veces puede ser difícil encajar”
Las peleas de la pareja acapararon todos los titulares de la prensa, incluso, durante un viaje en barco, el millonario anillo de compromiso de Lisa Marie de 6 quilates, terminó en el mar. Fue buscado hasta con buzos, pero no apareció.
Quizás, esa fue la indirecta de la vida para hacerles entender que más que una pareja, deberían solo ser amigos. A cuatro meses de haberse casado, se divorciaron. “Estoy triste pero no deberíamos habernos casado en primer lugar. Fue un gran error”, dijo Lisa Marie en su comunicado.
Por su parte, Cage también tuvo declaraciones: “A menudo, cuando tienes dos personas que son muy fuertes y con personalidades propias y bastante intensas, a veces puede ser difícil encajar”.
“Es triste y la extraño todos los días. A veces desearía que no hubiéramos apresurado el matrimonio y, a veces, me arrepiento de haber apresurado el divorcio, pero parecía que no iba a cambiar”.
Una sangrienta pesadilla
La heredera del Rey del Rock dijo que en la relación eran como “dos niños de 12 años en un arenero”, porque “éramos ambos tan dramáticos y dinámicos que, cuando era bueno, era increíblemente bueno; pero cuando era malo, era una sangrienta pesadilla para los dos”. Pero en el fondo, y según sus palabras, “adoraba” a su exmarido.
“No fue un momento divertido para ninguno de los dos, se redimió al final y nos hicimos muy buenos amigos. Somos mejores así”, le confesó a Oprah Winfrey.
“Esa relación en particular realmente se basó en el humor”, le dijo l actor a The Guardian. “Nos reímos mucho juntos. Así que eso fue todo. Se dijo mucho debido a su padre y todo eso, pero en mi opinión, teníamos una relación simple”.
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