La autoridad municipal descartó haber tenido alguna responsabilidad en la decisión.
Tras 62 años de historia, finalmente el Festival de Viña no contará con su clásica orquesta tras su regreso post-pandemia. Los músicos se quedarán en Santiago y el material se llevará envasado.
Ante las críticas, la alcaldesa de la comuna, Macarena Ripamonti, salió al paso de la decisión, descartando sus responsabilidad.
“El marco jurídico hoy permite que los concesionarios tengan la posibilidad de hacer este tipo de modificaciones sin tener la injerencia del municipio”, declaró la autoridad, según consignó Cooperativa.
Junto con ello agregó: “Hace varias décadas que se está decidiendo entregar la ejecución del Festival a terceros que concesionan y que tienen la facultad y la potestad de realizar este tipo de modificaciones”.
Dicho eso, puso sobre la mesa una reflexión, o la menos una serie de preguntas: “¿Es lo que queremos? ¿Es pertinente? ¿Es adecuado? ¿Está bien que el municipio no tenga decisión sobre estas decisiones? Es algo que vamos a evaluar para las próximas licitaciones del evento”.