A Jennifer Galvarini no le tirita la pera la exposición que tendrá en su regreso a la TV de la mano de Top Chef, a sólo semanas de salir del encierro de Gran Hermano.
Tras sus paso por Gran Hermano, donde fue una de las finalistas, la fama de Jennifer Galvarini subió como la espumita de shop.
Por lo mismo, ahora la Pincoya llega como un rostro consagrado a Top Chef, programa culinario de Chilevisión que tendrá su estreno el próximo domingo 14 de enero, y en el cual será una de las grandes protagonistas.
Y a pesar de que no alcanzó a estar un mes y medio fuera de la pantalla chica, luego de su larga estadía en el reality, tiene clarito los motivos que la llevaron a embarcarse en este nuevo desafío en el mundillo de las comunicaciones.
“Era como una continuidad. Y me lo ofrecieron así que yo dije ‘ya’. Hablé con mi familia, con mi hijo, mi esposo, y dijeron ‘ya bueno’. Y es distinto porque algunos dirán ‘pero cómo, ves que te hubieses ido a la isla’, pero es una muy buena oportunidad laboral, entonces lo tomé. Y también la conectividad es distinta, puedo ir el fin de semana o pueden venir para acá, puedo llamarlos y estar conectada, no como el reality que es un encierro total”, relató la oriunda de Chiloé a La Cuarta.
Y en esa misma lineara, agrega: “es distinto, yo llamo y sé cómo están, si pasa algo yo corro. Son distintas las condiciones. Aparte que igual acá independiente que haya un premio también es un trabajo, entonces estoy acá en la casa televisiva que me abrió las puertas y donde tengo una muy buena onda con la gente que trabaja acá. Y me han acogido bastante bien, tanto los compañeros de trabajo que tengo hoy en Top Chef como la producción, la gente en sí, de maquillaje, vestuario. Hay una muy buena onda, una muy buena recepción, estoy muy contenta de estar acá”.
Además, la también influencer se toma un minuto para hablar sobre sus expectativas en el programa de cocina.
“Me gustaría ganar, pero así como voy, no sé, porque yo pensaba que cocinaba del descueve, pero cocino el descueve para mi casa. Acá los chef son son muy exigentes, muy finos y yo me pico, pero después se me pasa, el otro día me puse a pelear y después se me pasó. Estuvo peleada como dos días”, reconoció.
- ¿Se agarran de las mechas con los chef?
- Con los jueces, pero los chiquillos no, con los compañeros tenemos un chat, voy a practicar en la casa a las chiquillas, así que nos pasamos recetas, independiente que estamos en el concurso, nos pasamos tips. Oye, ‘dime cómo se hace esto’, porque uno se bloquea, lo único que puedo rescatar de acá es que yo cocino con mucha tranquilidad.
- ¿Pero acá es difícil porque tienen un tiempo? ¿Cómo lo haces?
- Sí, pero yo trato de mantener la calma porque igual, no te olvides que acá estamos con elementos cortopunzantes, aguas calientes, también tenemos los aceites que en un mal paso que demos, bien falso, nos podemos quemar, pueden pasar accidentes. Y han pasado, entonces uno también tiene que cuidarse.
- ¿Cuál es el más rudo hasta ahora de los chef?
- A Benjamín lo encuentro más rudo yo. Y eso que es guapo el hombre. Esas pestañas que tiene…
- ¿La desconcentran?
- Sí, esa mirada, yo no lo quiero mirar porque yo siento que igual me gusta, pero no, yo con él me he peleado, hemos estado enojados. No lo miro, ni él me mira. Después nos volvemos a abuenar. Pero yo amo a Sergi, y me tiene enloquecida la mirada de Fernanda, esa mirada de una mujer ruda, fuerte. Pero nos peleamos igual, yo los peleo, ellos no pelean
- ¿Y le han criticado mucho algún plato?
- Sí, pero no puedo decir cuál, tienen que mirar el programa, oye, yo me he enojado también. Y yoo siempre defiendo mi plato, que está bueno, bueno, bueno, bueno. Y a veces está malo igual, porque si no me tiró la sal, ahora me tiro al trago, ahora estoy cocinando con copete a ver si me los pillo volando bajo y así me los enleso. Incomible, pero yo igual lo como y digo, oh, está bueno.
- Oye, Pinco, ¿a ti te gustaba la cocina desde siempre?
- Siempre, pero tú no vas a comprar la cocina que uno hace en su casa, que lo hace con tranquilidad. Acá no Estás allá, tienes que correr para allá, te olvidas dónde están las ollas, corres para el otro lado. Entonces, la cocina de uno está toda a mano Es distinto, uno tiene su sazón, y acá obviamente que el plato, tienes que emplatar, tienes que poner unas injundias. Y yo no cacho. Ahí empiezo a sapear cómo lo hace Jordi, cómo lo hacen los otros…
- ¿Te has llevado bien con tus compañeros entonces?
- Con todos, tenemos un chat, como te digo, y el ambiente acá laboral es muy agradable. Es como pura buena onda, nos venimos contentos, sino que cuando estamos cocinando, pasan las cosas. Cuando te empiezan a calificar, poh. Pucha que da rabia. Yo soy la más alegadora, soy la única que alego acá. Así que ahora voy a no alegar, sino voy a llegar acá más mal de lo que caigo. Porque acá los chicos son todos dóciles, la única que alega soy yo. Y yo me voy en collera con los chef. Y parece que eso no se puede hacer. Yo les digo ‘si esta cuestión está buena’. Pero parece que no hay que hacerlo. Voy a cambiar, pero no quiero agachar el moño. Me gusta el moño parado, pero no todo el mundo puede ser así. Soy tozuda. Y sabes que a veces cedo, llego bien pero en el transcurso del día me trastorno. Pero en la cocina hay de todo, salado, dulce, amargo, entonces yo paso por etapas. Yo creo que los chef nunca se van a olvidar de mí, aunque me echen de acá.
¿Cómo manejas el tema de que te están expuestas? En el reality se hablaba en las redes sociales pero tú no tenías idea de nada. Acá puedes ver en el minuto lo que están diciendo de ti… me imagino que te llegan mensajes o comentarios…
- No, si yo no miro ningún mensaje. ¿Sabes qué hago yo? Yo llego, hago mis live cortitos, de repente. No sé, hago algunos videos como de entretención, pero poco, antes hacía más. Subía como 10 videos al día. Y estoy en mis redes sociales. Hablo con mi gente, con mis amigos, mis familiares cercanos, mi hijito, mi esposo. Y me voy a dar una vuelta al mall. Igual aprovecho de estar acá, de disfrutar esta ciudad, de disfrutar Santiago en sí, porque yo vivo en una ciudad tan tranquila, con playa. Entonces yo ahora estoy disfrutando de estar acá. También viajo o ellos vienen para acá, pero en realidad las redes sociales poco veo porque en realidad también yo sé que dentro de las redes sociales hay gente que te puede decir cosas muy positivas como negativas, entonces uno tiene que también aceptar eso.
- ¿Pero no te afecta cuando has visto algún comentario negativo?
- No, a veces yo les contesto y me pongo hater pa’ mis cosas, pero en realidad si tú me lo preguntas, me gusta. Me siento… es súper loco lo que voy a decir. Me siento súper halada de que haya gente muy pendiente de mí. Y eso me genera a mí una satisfacción. Me gusta porque sería muy fome hacer un live y que no haya nadie que te esté diciendo cosas. Por eso yo le digo ‘ya chiquillos, les permito que vengan insultarme a las redes sociales pero tienen que seguirme’. Entonces yo voy, pincho, y si no me siguen se van bloqueados.
- Tienes cuero de chancho entonces como se dice para las críticas…
- De eso se trata, porque de repente creo que eso pasa con algunas personas que están dentro de estas redes sociales lo único que quieren es escuchar puras cosas positivas, entonces por eso caen de repente en depresión, cierran sus redes, por lo mismo, porque no están acostumbrados al enjuiciamiento de las personas. Y las redes sociales son así, tú tienes que estar preparado para eso y yo estoy preparada. No me importa lo que digan. Nosotros como familia estamos preparados. Yo con ellos hablé del día uno que yo postulé a Gran Hermano y les dije que esto podía pasar. Y ellos saben que la gente que critica no sabe tu vida verdadera, no te conoce en persona, entonces de repente se dejan llevar por situaciones o por el fanatismo también, pero no te conocen en realidad, entonces al final el enjuiciamiento de las personas a mí no me provoca nada porque yo sé quien soy, sé la crianza que me dijeron mis padres, tengo una red de apoyo emocional y familiar muy grande, entonces eso a mi me tiene con los pies sobre la tierra. Un beso para los haters.
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