La periodista falleció a las 15.35 horas de ayer en la Clínica Alemana. Su esposo agradeció a Dios y a la Virgen por los años que compartió con ella.
Javiera Suárez sentada dentro de una iglesia, con su hijo Pedro Milagros en brazos. La Virgen los acompaña. Ella lo abraza y apoya su cabeza en el pequeño, transmitiendo una impresionante paz y fe.
Esa fue la última foto que la periodista subió a su cuenta de Instagram, hace sólo tres días, en la que sus amigos escribieron miles de textos con amor, ánimo y fuerza para que siguiera recuperándose del cáncer que empezó en su piel hace tres años y se expandió por su cuerpo sin piedad. Un montón de lindos sentimientos escritos que hoy la Javi sigue leyendo, pero desde su eterno descanso.
Durante la tarde de ayer, la rubia de 36 años, buena para hablar, la chacotera, agujona, trabajadora e imparable, falleció producto de la enfermedad con la que peleó como una fiera, pero que avanzó hasta llegar a etapa terminal.
"Su fallecimiento se produjo a las 15.35 horas de hoy (miércoles), lamentamos profundamente su partida y acompañamos a su familia en sus difíciles momentos", informó con la voz absolutamente quebrada María Eliana Eberhard, médico de la Unidad de Cuidados Integrales de la Clínica Alemana, institución donde Suárez fue internada el lunes.
A través de la misma profesional, Cristián Arriagada, marido y partner de la comunicadora, compartió una carta donde agradeció a Dios y a la Virgen por haberle permitido compartir su vida con tremenda luchadora. "Nos deja un vacío enorme, pero nos conforta saber que aceptó esta etapa final al igual que la enfermedad, con entrega a Dios, siempre mirando hacia delante y pensando en los demás (...) Javiera se fue de este mundo tranquila y feliz", expresó el hombre que la conquistó y amó sin límites.
Positiva hasta el último
Pese a su delicadísimo estado de salud, Javiera jamás perdió la garra y menos su sentido del humor. Paty Maldonado contó que el martes recibió una inesperada llamada suya, en la que le agradeció por hacerla reír tanto con las cosas que decía. "¡Esta enfermedad de mierda! Y me haces reír. Me río contigo. Lo paso bien. Y gracias. Cuídate. Y cuida a tu marido y a tus hijos'", reveló Paty que escuchó del otro lado del teléfono.
Pamela Díaz, amigaza de la joven, apenas supo que estaba hospitalizada fue a visitarla. "Estuvimos con la cabezona, como le digo yo, junto a Pamela Leroy, con momentos de lucidez muy bien y otros no (...) Estaba su familia. Conversamos y luego la dejamos descansar. Nos dio consejos, nos dijo cuídense, díganse las cosas ahora".
Ayer los restos de Javiera fueron trasladados desde la clínica a la Iglesia San Francisco de Sales a las 19.30 horas, lugar donde su marido, el doctor Cristián Arriagada, habló con la prensa. En la ocasión agradeció a los medios por la preocupación a Javiera y aseguró que la iglesia estará abierta para quienes quieran despedirla desde las 10 de la mañana de este jueves.