El conductor fue entrevistado por la BBC y añadió que el matrimonió le pagó varias luquitas por su servicio.
El pasado martes 16 de mayo, el príncipe Harry y Meghan Markle participaron de la gala Women of Vision Awards, en Nueva York, donde la exactriz fue galardonada por ser “un modelo a seguir” a nivel mundial.
Sin embargo, cuando la pareja se retiró del evento, quedó la tole tole. Y es que uno de los representantes de los duques de Sussex aseguró que fueron víctimas de una persecución “casi catastrófica” por parte de paparazzi.
Fue tal la preocupación del matrimonio, que decidieron refugiarse en una comisaría de policía de Manhattan y luego tomar un taxi. Y como era de esperar, el taxista fue entrevistado por la BBC.
El hombre llamado Sukhcharn Singh, pero apodado Sonny, transportó al hijo de Lady Di, su esposa y la mamá de ésta, Doria Ragland, por diez minutos.
“Creo que fue exagerado”
Sobre la persecución de los paparazzi, el taxista dijo: “No lo creo, creo que es exagerado. No le den demasiada importancia”, y dijo que quizás, eso “debió haber sucedido antes” de que se subieran a su taxi.
Y además, negó que los reporteros fueran agresivos: “Estaban detrás de nosotros. Quiero decir, los teníamos encima, eso fue todo, nada más. Mantuvieron la distancia”.
Singh contó que se encontraba conduciendo por la calle 67 de Nueva York cuando el guardaespaldas le llamó y sin esperarlo “tenía al príncipe Enrique y a su esposa subiendo al taxi”.
Tremenda propina
“Nos bloqueó (el paso) un camión de basura y, de repente, llegaron los paparazzi y comenzaron a tomar fotografías”. La pareja iría al hogar de un amigo donde se estaban alojando, sin embargo, el guardia de seguridad decidió que era mejor regresar a la comisaría.
“Se veían nerviosos, creo que los habían perseguido todo el día o algo así. Estaban bastante nerviosos, pero el guardia de seguridad lo tenía controlado (la situación)”, agrega.
Singh dijo que sus pasajeros eran “gente amable”, quienes al final del corto trayecto le preguntaron su nombre y le dijeron que habían estado “encantados de conocerle”.
“Fue genial. Diez minutos en coche, 50 dólares. ¿Qué más se puede pedir?”, finalizó el hombre con una sonrisa de oreja a oreja.
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