La recién re-formada banda de Álvaro Henríquez reemplazó a Willow Smith, quien decidió no venir a Sudamérica a días del festival.
Si hay algo que marcará el historial de este Lollapalooza Chile 2023 es la cancelación de artistas confirmados en el cartel oficial. La sexta y última baja de esta edición fue Willow Smith, quien por “circunstancias imprevistas” dejó con los crespos hechos a sus adolescentes fanáticos que la esperaban hace meses.
¿Qué hacer? Traer un artista que equiparara los streams y seguidores en redes sociales de la hija de Will Smith no era una opción a solo tres días de su presentación. Entonces, los organizadores tomaron el telefóno y dieron un golpe de timón no ajeno a la crítica de adolescentes -digámoslo, el público objetivo del festival- y afiebrados trolls de internet.
Pettinellis, la banda que Álvaro Henríquez arma y desarma a su antojo, aceptó el desafío y se transformó en una especie de regalo para los padres de esos mismos chicos.
El conjunto, que solo mantiene a la voz de Los Tres de su formación original, ha vuelto en los últimos meses para repasar su único disco de estudio y estrenar nueva música tras veinte años.
Aquellos resquemores por no contar, por ejemplo, con los teclados de Camilo Salinas tan característicos de su sonido han sido rápidamente acallados a punta de éxitos radiales ineludibles de comienzos de los dos mil.
“Hospital”, “Sexo con amor” y “Un hombre muerto en el ring” le pusieron guitarras y distorsión sesentera a uno de los escenarios principales en Cerrillos, el mismo en que horas más tarde Drake daría un intenso pero corto y acontecido show.
Consciente de su rol como invitado y no de protagonista, el compositor penquista reverenció constantemente al público. “Muchas gracias, han sido muy amables”, apuntó luego.
Al final, y como guinda, Henríquez desenfundó el techno de “Ch bah puta la wea”, que tocó en algo, la sintonía de un festival que hoy termina con las presentaciones de Tame Impala y Twenty One Pilots, su día más rockero.