Gustavo Bazterrica, a sus 66 años, padece graves problemas motrices, producto de una prolongada adicción a la cocaína, y se encuentra en situación de calle. Un joven, que no sabía que se trataba de él, el guitarrista que trabajó con Miguel Abuelo, Charly García y Spinetta, le ofreció alojo y por ahora lo está cuidando, a la espera de más ayuda.
Con más de cuatro décadas sobre los escenarios y habiendo sido parte de agrupaciones emblemáticas —como La máquina de hacer pájaros, junto a Charly García, Los Abuelos de la Nada, con Miguel Abuelo y Andrés Calamaro, e inclusive grabando un disco con Luis Alberto Spinetta— Gustavo Bazterrica, el Vasco, se consolidó como uno de los guitarristas más importantes que presume el rock argentino en su historia. Es, de hecho, el 19 de los 100 mejores según un listado que propuso Rolling Stone en 2012. Pero nada de eso, ni su talento con la viola ni sus colaboraciones con algunos de los más grandes, pudieron evitar su escenario actual: en la calle. Arruinado.
Lo último que se había sabido de Bazterrica, ya de hace algún tiempo, es que fue invitado a uno de los shows de la flamante formación de Los Abuelos de la Nada, y que se mantenía, como podía, impartiendo clases de guitarra. Lideró también Bazterrícolas, un proyecto personal, mucho más humilde si se quiere y sobre todo considerando el palmarés de su carrera.
Pero el Vasco venía entregando pistas de lo que pasaría desde hace años:
“Hace bastante que tengo problemas económicos y también de salud. Estuve mal, mal. Pegadísimo con la merca. Pero siento que me estoy rescatando”, se sinceró en una entrevista que ofreció a Página 12 en diciembre del 2000.
“Estoy saliendo de una lucha muy importante contra una enfermedad fea. Pero bueno, hace 10, 11 años me dieron tres meses de vida. Le erraron fiero. Luché de una manera diferente, con tratamientos alternativos”, explicó ya en 2018, en conversación con el canal de YouTube Humanizados. Para entonces, Bazterrica ya estaba imposibilitado de trabajar. Sabiendo eso, otros rostros de la escena le tendieron una mano. Entre ellos, Javier Malosetti, Emilio del Guercio, Lito Vitale, Cachorro López y Machi Rufino.
Hoy, sin embargo, aparentemente su situación es aún peor.
“Buenas noches. Debido a diferencias irreconciliables con mi ex pareja, me encuentro al día de fecha, sin hogar. Necesito un lugar de tránsito hasta que salgan mis papeles de la pensión. Por favor, necesito ayuda”, escribió el pasado martes 28 de diciembre el guitarrista en su cuenta de Facebook.
La ayuda, en esta oportunidad, llegó desde un lugar inesperado: en la fila, esperando un cajero automático.
“No sé por dónde empezar. Me crucé hace unos días con este señor en un cajero automático, llegó en un remis y al toque me di cuenta que tenía problemas motrices. No se podía casi ni bajar del auto, lo ayudé y le cedí mi lugar en la fila del cajero”, relató un día más tarde, también en Facebook, Emiliano Bustos. “Apenas caminaba y mientras lo ayudaba a sostenerse, empezamos a charlar. Le dije que le veía cara conocida y me dijo que era nada más y nada menos que Gustavo Bazterrica, eterno guitarrista de Los Abuelos de la Nada”.
Emiliano Bustos no tiene nada que ver con el mundo de la música. Es apenas un joven que vio en Bazterrica a un adulto mayor en apuros y quiso ayudarlo. Le dolía verlo tan deteriorado, con graves problemas motrices y solo. Por eso, algunos días más tarde, cuando el músico volvió a pedir ayuda a través de Facebook, respondió a su llamado. Desde entonces, Bazterrica vive con él, en su casa. “Lo ayudé a bañarse, le di de comer, le compré remedios y acá estamos. En casa, charlando de la vida, dándole compañía y asistiéndolo. Más que hablando, escuchando, aprendiendo, deleitándome con sus infinitas historias”, relató el joven.
“Todos algún día llegaremos a tal edad y no le deseo a nadie llegar así, o espero que todos tengamos alguien en quien confiar. Tengo mucho miedo, sí. Miedo. Jamás traje a alguien a vivir a casa y menos a una persona mayor y con sus limitaciones. Pero me la jugué”, escribió de vuelta Bustos.
Y aclaró: “No lo hice porque es el Vasco Bazterrica. Porque cuando lo ayudé, no sabía ni quién era. Lo hice porque algún día todos vamos a tener 66 y la vida nos pasa factura a todos. No lo tomo como una molestia o una carga”.
Algunas horas más tarde, Bazterrica publicó en su Facebook que, debido a su situación de calle, le robaron el celular y se encontraba incomunicado. Bustos, entonces, ofreció su celular para quien desee hablar con él. El joven, además, ha ido entregando actualizaciones sobre el estado de salud del guitarrista:
“Cenamos. Helado de postre y a dormir. El Vasco está muy bien, gente. Tantos mensajes de aliento, tanta gente dispuesta a colaborar que me emociono hasta las lágrimas. Él evoluciona su motricidad y está muy lúcido”, escribió el pasado jueves, acompañando el mensaje con una postal donde se ve al músico posando con una paleta en mano.
La baterista Andrea Álvarez es una de las que reaccionó tras enterarse del delicado pasar del músico. “Recién leí que Gustavo Bazterrica, capo de la viola, está necesitando ayuda económica. Ojalá sus amigos que están bien a ese nivel puedan ayudarlo. Es un deseo para este cambio de año”, escribió en Twitter. Luego insistió:
“Me gustaría que músicos, artistas, managers, etc., que estén en buena situación económica e instituciones que nos representan, como el Sindicato Argentino de Músicos, el Instituto Nacional de la Música y la Asociación Argentina de Intérpretes, lo hagan”.