Paola Troncoso lleva 15 años aguantando enfermedad crónica en todo el cuerpo. Además, padece artrosis y este lunes se operará el hombro, lo que la tendrá fuera de las pistas hasta fin de año.
Detrás del peluseo y risas que saca la actriz Paola Troncoso (45) en el programa Morandé con Compañía, donde actúa como la mamá de Miguelito, hay un drama de salud que es su cruz hace 15 años.
Cuando cumplió 30, la comediante fue diagnosticada con fibromialgia, enfermedad que provoca dolor muscular crónico. A los 40, se le desarrolló una artrosis hereditaria. Además, sufre de neuralgia al trigémino, que se traduce en terribles dolores faciales, centrado en ojos, cuello y dientes.
Por si fuera poco, hace unos días Paola sumó otro revés: este lunes se opera el hombro, tras cortársele el tendón del manguito rotador y dañarse gravemente el bíceps.
"Estaba haciendo un camino en la entrada de mi casa con gravilla, ripio, y estuve llevándolo en la pala sin parar. Eso terminó por lesionarme, dado que por mi enfermedad mis tendones y músculos no son de buena calidad", explica la regalona del Kike sobre la intervención que, aparte de dolorosa, la tendrá mínimo 4 meses sin poder trabajar.
"Esta es una señal para parar un poco, porque yo no paro nunca", asume, pese a que por la fibromialgia debe soportar malestares constantes. "Yo no sé lo que es vivir sin dolor, no sé lo que es despertarse y sentir que no me duele nada, sufro de eso, me acostumbré a vivir así y lucho por mejorarme".
- Y pensar que tu pega es hacer reír... Amo mucho mi profesión, todo lo que hago en el escenario, sobre todo en las partes con Miguelito, lo vivo, y ahí no estoy en la frecuencia del dolor y por lo tanto se me olvida, porque mi cabeza está en otra cosa. He ido pésimo a trabajar, hacía el programa súper bien, y después me tenían que acompañar al camarín porque iba apenas.
- ¿Cómo lidias con tanto ? La fibromialgiauna es una enfermedad emocional y en mi caso esto me pasa porque todo me afecta, me achaco por cosas que no tienen que ver conmigo. He probado todo y lo que mejor me resultó un tiempo fueron los imanes. Pero los tratamientos alternativos no están al alcance de todo el mundo y debí dejarlo.
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