La co-animadora de Buenos Días a Todos tenía 26 años cuando se casó, una unión que a los pocos meses se vino al suelo, porque pasaron "cosas importantes".
La pregunta fue "a quiénes les haya costado mucho superar un quiebre amoroso", la cual fue en el capítulo del viernes 30 de julio en Podemos hablar (CHV).
Tras la consulta del conductor Julian Elfenbein, solo una de las invitadas dijo que sí, que no fue Daniela Aránguiz, Camila Flores, Angélica Castro ni Perla Ilich.
Fue la co-animadora del matinal Buenos días a todos (TVN), María Luisa Godoy, quien tomó la palabra, según consignó Glamorama.
Actualmente, ella se encuentra casada desde el 2012 con Ignacio Rivadeneira, abogado y exasesor de Sebastián Piñera en su primer gobierno. Tienen cuatro hijos.
"Me costó"
Pero no todo resultó a la primera, porque la exanimadora del Festival de Viña primero se casó con otro sujetó cuando tenía 26 años.
Había pololeado durante siete años para un matrimonio que solo duró unos pocos meses. "Esa separación me costó", declaró.
En el programa estelar explicó que "me costó mucho superarlo, porque es distinto cuando uno tiene hijos que cuando no. Ahora lo veo distinto" Sin embargo, en ese momento, "me sentí súper fracasada. Fue doloroso y me costó hartos años superarlo".
Para ella, el mayor problema no tuvo que ver con el despecho:
—No es que me costara superar el hecho de que yo hubiera seguido enganchada —dijo—. Para nada, todo lo contrario. Pero sí me costó mucho el hecho mismo de todo lo que pasó, lo que fue.
"Cuando te casas", agregó, "te casas muy ilusionado, con muchas expectativas. Y sin duda es la vez que me he sentido más fracasada".
Según Godoy, tras la separación, "durante un año estuve muy mal", con "harta pena". De hecho, "diría que lo superé como a los dos años".
"Nunca lo había hablado"
Al principio, la animadora se mostró reacia, pero finalmente dejó entrever algunos detalles:
—Por supuesto que pasaron cosas que tienen que ser muy importantes para que una tome una decisión tan drástica y al corto tiempo. Obviamente fueron cosas importantes y potentes.
Eso sí, luego destacó que ya "han pasado muchos años". Ahora, con 41 años, "estoy felizmente casada", declaró.
Pero, aún así, aquello "sí fue muy duro en ese momento, y sin duda de las cosas más fuertes que me han pasado y sí me duró harto tiempo". Sobre todo cuando considera que es de una personalidad "nada depresiva, todo lo contrario".
A pesar de que fueron varios años de pololeo, ella le restó importancia a ese factor.
—Es que casarse es súper importante síquicamente y ahí hay como una… —planteó—. Para mí fue súper doloroso, muy fuerte y me costó mucho superarlo. Y es la primera vez que lo habló. Nunca lo había hablado.