Cuando creíamos que por fin estábamos viviendo la recta final de una de las teleseries más largas de la historia en Chile, con la revelación de los mayores secretos de Verdades Ocultas, estábamos equivocados. Porque si bien hemos visto como algunas de las historias ya tienen su desenlace, esta trama tiene para rato.
Dos años ha estado esta producción al aire y aunque suena a mucho tiempo, los televidentes siguen pendientes de cada historia y no se aburren. Es que las personas a cargo de esta trama la han sabido hacer, en el buen chileno. Porque hemos visto teleseries que se quedan pegadas en las mismas historias y se pasan semanas con personajes que siguen pegados en lo mismo. Acá no, con suerte deben quedar cuatro a cinco personajes de los que estuvieron en el inicio de la producción, donde todo giraba en torno a la venta de una niña que creció lejos de su familia biológica.
Ahora la historia principal es otra y a ella se le han sumado personajes que le dan sazón a la trama original.
En este escenario, creo que podríamos estar viendo Verdades Ocultas por años, una novela que además de cumplir un récord de permanencia en pantalla, abre las puertas a que la audiencia se acostumbre a este estilo de teleseries. ¿Por qué no? Es como ver una serie con varias temporadas al mismo tiempo. Me gusta este estilo y creo que Mega lo sigue haciendo bien en ese sentido.
Fueron los pioneros en trabajar de este modo y no me cabe duda alguna que más de algún canal nacional copiará este formato de realizar una novela.
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