La periodista narró a revista Sábado el drama que es vivir con el miedo constante de tener personas obsesionadas con ella.
La periodista Claudia Salas vive desde hace años una pesadilla. Y es que tiene dos acosadores que no la dejan en paz, uno de los cuales incluso llegó a presentarse en su hogar en más de una ocasión.
Según relata la locutora radial, desde que su carrera comenzó a ir en alza en Mega, canal donde trabajó hasta hace algunos años, siempre recibió mensajes subidos de tono en sus redes sociales e incluso ofreciéndole intercambios.
Uno de ellos, sin embargo, fue más allá y le envió a su departamento una caja con una botella de vino, un ramo de rosas rojas, juguetes y snacks para gato, una carta y un poema con perfume del supuesto emisor, un celular, gomitas y un libro de dinosaurios, para su sobrino, de quien jamás ha publicado en redes sociales.
“Sabía con pinzas absolutamente todo lo que me gustaba. Me dije: “Chuta, ¿estaré exponiendo mucho? Y empecé a hacer memoria, y me acordé de que hace años subimos un video con una amiga en el canal comiendo estas gomitas de osito, que efectivamente son mis favoritas”, afirmó en la revista Sábado.
“Aníbal”
Más tarde el hombre, que se hizo llamar “Aníbal”, llegó hasta su hogar, pero ella decidió no bajar a verlo. Él, en tanto, se negó a irse afirmando que venía desde Viña de Mar para verla. Después de una hora, se dio cuenta de que ella no lo recibiría, decidió irse.
Pero “Aníbal” volvió a buscar a Claudia en febrero de este año. Tras recibir la alerta de su conserje, la periodista llamó a Seguridad Ciudadana en Providencia, donde no recibió ayuda inmediata. “La persona me respondía, ‘ya, ¿pero es su pololo o su expareja?’. Como yo les decía que no, me respondían que ahora los patrulleros estaban ocupados y más rato irían”.
Esta vez, armándose de valor, bajó a enfrentarlo. “Le dije a este tipo, ‘¿qué estás haciendo acá y por qué vienes a molestarme si sabes que no te conozco?’ Él como que levantó la guardia y me dijo: ‘Quiero que tú me expliques lo de Instagram’. Y yo, ‘Señor, ¿de qué está hablando?’. Me insistía: ‘¡Explícame lo de Instagram!’”, relato al medio nacional.
Las palabras del sujeto no eran coherentes y, de acuerdo a lo explicado por Claudia, le decía que lo perseguía la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) y la acusó de haber iniciado una investigación en su contra.
Fue ahí cuando ella decidió pedirle al conserje que llamara a Carabineros, mientras ella impedía que el hombre se fuera. “Fue súper incómodo porque fueron tres horas con el tipo sentado en un extremo del sillón y yo en el otro. De repente hablaba solo”, recordó la periodista.
Seguridad Ciudadana y Carabineros llegaron hasta el edificio donde vive Claudia y tomaron detenido al sujeto, que efectivamente vivía en Viña del Mar, y que según pudo concluir Salas, también era el responsable tras la caja de regalo que había recibido antes y quien durante años le escribía supuestamente respondiendo a mensajes que ella le habría mandado a través de la televisión.
El caso de “Esteban”
“Esteban” es el otro acosador de Claudia, quien le escribe mensajes de grueso calibre. Ella ya lo tiene identificado y sabe que tiene 28 y que vive con su madre en Antofagasta. “Decía que yo le mandaba mensajes o que me comunicaba con él a través de lo que yo decía en las noticias. ‘Hablaste de la vacuna y justo yo me vacuné' o ‘hablaste de un panda en el zoológico y yo tengo un peluche de panda’. Así empezó, pero rápidamente escaló”, afirmó.
Después de declararse su amor, el hombre la insultaba o amenazaba cuando ella aparecía en el noticiero con algún colega. ”Yo lo bloqueaba todos los días y no sé cómo volvía hacerse una cuenta falsa e insistía, insistía. Un día me desperté para ir a trabajar y tenía una foto de su cuestión parada. Yo me puse a llorar, me dio mucho asco y le conté a mis amigas de la pega y se rieron. ¡Pero no es divertido, es súper violento que te mandan una foto no solicitada!”, sentenció.
El hombre siguió escribiéndole, a pesar de que ella presentó una denuncia ante la PDI, que poco pudieron hacer por ella. Un día cansada del acoso, le exigió que le diera el teléfono de su madre, quien contrario a lo que podría pensar, le pidió a Claudia que por favor lo denunciara.
“‘Por favor, denúncielo, por favor, que se lo lleven preso. Yo no sé qué hacer con este niñito. Es que es súper peligroso. Le hizo lo mismo a otra niña de por acá y tengo miedo porque tengo una sobrina que viene para la casa y no quiero que él esté solo con ella, porque solo está acá en la casa drogándose. Por favor, haga algo para que se lo lleven’”.
“Esto es un agote mental. Me agota estar lidiando con este gallo, tener que bloquearlo todos los días, que me siga buscando. Yo quiero enfocarme en las cosas buenas, pero tengo un tipo que todos los días me está amenazando de violarme o de matarme”, reflexionó.
Después de todo lo vivido, Claudia pensó en dejar las redes sociales, sin embargo, es una herramienta de trabajo que le permite promocionar sus labores. “Insisto, mis redes sociales tienen mucho más de positivo que de negativo, hay una retroalimentación súper rica y uno puede exponer cosas buenas y no me parece justo que por el desorden mental o por los psicópatas que pueden ser ciertos hombres yo me tenga que marginar. Es como el mundo al revés, en que ganan ellos”, cerró.