Podemos hablar siempre nos deja temas para la semana. Tiene buenos invitados y siempre consiguen llegar al fondo de las emociones de cada uno de ellos. Pueden hacer reír o llorar en un segundo a los famosos e incluso siento que conversando con Julián Elfenbein se olvidan que están en un set lleno de cámaras, están cómodos como si estuvieran comiendo en un salón con amigos o conociendo a otros.

Julián tiene un don, es como el nuevo camaleón de la TV chilena. Puede estar todas las noches conduciendo un programa de entretención, tratando de pasar como intelectual y muy partner de los concursantes y, a la vez, es capaz de conducir un espacio de conversación.

Los invitados ayudan, es buena la selección de personajes, porque todos han tenido algo que contar.

Ojalá perdure, es una buena instancia de conocer a nuestros rostros. El problema del formato: no va en directo. Puedo decirles que de ser en vivo y en directo, más el tremendo talento del equipo realizador, sacaría cinco puntos más de rating promedio.