El comediante es parte de la campaña de la Corporación Nacional del Cáncer, que llama a tomar conciencia de la importancia del testeo pasados los cincuenta años.
Un divertido spot protagonizado por el legendario Fernando Alarcón, llama a los hombres a realizarse el “examen del dedo”, que permite detectar anomalías derivadas de un cáncer de próstata. “El examen del dedo no te va a hacer reír, pero te puede salvar la vida”, señala la campaña organizada por la Corporación Nacional del Cáncer (CONAC).
Alarcón, recostado en una camilla, expresa su aprensión -y probablemente la de muchos hombres- con el examen. “Al principio sentí un poco de susto y vergüenza, es que tengo un amigo muy pesado para la talla que me metió miedo con el asunto del dedito”, dice en el arranque del video.
Como agrega el comediante, el cáncer de próstata no es ningún chiste. La CONAC, detalla que el cáncer de próstata es el segundo más común en la población masculina y desde los 50 años la probabilidad de padecerlo aumenta rápidamente. Incluso, cada año mueren cerca de 2 mil hombres por esta patología, pasando a ser la segunda causa de muerte por cáncer entre la población masculina nacional.
“Por esta razón es tan relevante la detección, sobre todo considerando que no produce síntomas perceptibles en su etapa inicial”, detalla el médico jefe del Servicio de Urología de la CONAC, Dr. Cristián Acevedo. “Un cáncer descubierto en sus comienzos puede ser tan pequeño en tamaño, que podría llegar a ser curado sólo con radioterapia o cirugía”.
Se recomienda el examen anual, a todos los hombres mayores de 50 años. En el caso de aquellos que tengan familiares con cáncer de próstata (padre, hermanos), tienen mayor riesgo por lo que la CONAC señala que estos deben comenzar sus controles a los 45 años.
Aunque en su etapa inicial, el cáncer de próstata no evidencia síntomas, a nivel avanzado puede generar: problemas al orinar, incluyendo un flujo urinario lento o debilitado o necesidad de orinar con más frecuencia, especialmente de noche; Sangre en la orina o el semen; Dificultad para lograr una erección (disfunción eréctil); Dolor en las caderas, la espalda (columna vertebral), el tórax (costillas) u otras áreas debido a que el cáncer que se ha propagado a los huesos; Debilidad o adormecimiento de las piernas o los pies, o incluso pérdida del control de la vejiga o los intestinos debido a que el cáncer comprime la médula espinal.
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