"Me metían a la basura": Ganador de Rojo recordó brutal episodio de bullying

"Para mucha gente eso puede ser visto como una travesura, pero para alguien como yo era algo que generaba daño", dijo Hernán Arcil.

Bastante mal lo pasó Hernán Arcil en su época de escolar, cuando vivió fuertes episodios de bullying por parte de sus compañeros. "Cualquier juego, la escondida o el pillarse, por ejemplo, terminaban conmigo en el suelo o en los botes de basura", recordó el bailarín.

El ganador de la categoría danza de "Rojo" tomo fuerza para recordar una época en que "era el objeto perfecto para recibir burlas".

"El bullying empezó desde que era chico. No me gustaba jugar fútbol, solo me gustaba bailar y jugar a las barbies con mis amigas del colegio. Era gordito, moreno y gay", contó el joven de 26 años.

Y el bullying del que era objeto podía alcanzar límites brutales: "Cuando chico me metían a la basura, me tiraban al basurero, es fuerte decirlo. Y claro, para mucha gente eso puede ser visto como una travesura, pero para alguien como yo, era algo que generaba daño", reveló.

Contó además que sus compañeros lo obligaban a pelear con otros niños, además de recibir constante agresiones como patadas y golpes.

Apoyo de la familia

Hernan-Arcil.jpg

Dijo también que en esos años el apoyo de su familia fue fundamental para superar el dolor: "Yo llegaba con mi mamá y ella sabía que tenía problemas sin que yo le dijera. Yo no trataba de preocuparla, nosotros somos una familia humilde, de esfuerzo, y ella tenía que atender mil otras cosas. Pero pese a eso mi mamá me daba ánimos. Recuerdo súper bien una frase que me decía: 'Si los perros ladran, es porque te ven avanzar', me decía. Eso me daba fuerzas, ella sabía que yo saldría adelante".

"Lo bonito del bullying, aunque suene extraño, es que te hace valorar más a la gente buena. Como había compañeros que me molestaban, había otros, la mayoría mujeres, en que me refugiaba y me sentía apoyado, aprendí mucho", le dijo a LUN.

Y aunque en primer medio se cambió de colegio, lograr ocultar su identidad sexual duró muy poco y otra vez comenzaron las agresiones y burlas.

"Tenía como un imán para recibir mala onda. Siempre me preguntaba cuál era el problema de ser así. Por qué alguien más tendría que decir que le molestaba cómo era", detalló.

A los 15 años quedó en la Escuela de Ballet del Teatro Municipal de Santiago y tuvo que dejar el colegio y, con ello, las humillaciones y el bullying.

"Al Municipal llegué como el cabro del sur, negrito. Además venía de una familia súper humilde NO me vestía ni hablaba como los otros y, ciertamente, a algunas personas les molestaba cómo era . Pero ahí también aparecieron amistades que aún conservo y en donde me afirmé", concluyó.

COMPARTIR NOTA