Glup! llenó el Lollapalooza de temazos: si se la sabe, cante

Glup! tiene credenciales de sobra para robarse cualquier escenario en Chile. Lollapalooza no fue la excepción - Foto: Pedro Rodríguez

La banda, reformada tras varios años de silencio, no especuló y despachó 45 minutos de karaoke masivo bajo el calor de Cerrillos.

Koko Stambuk está de cumpleaños. El cantante y compositor de Glup! apagó 47 velitas justo el día en que la banda de su vida hacía su primera aparición en el Lollapalooza y no se guardó nada.

Visiblemente emocionado, recibió el “cumpleaños feliz” de los miles de asistentes que soportaron el incesante sol de Cerrillos una tarde de sábado frente al Cenco Malls Stage, escenario principal del festival.

Aunque en su época de mayor gloria despacharon tres discos con varios hits radiales en sus tracklist, su propuesta extremadamente pop y ligera causaron ronchas en la prensa y parte de un público rockerizado a más no poder por la transición. Ahora, a veinte años de su última placa, aquel prejuicio parece desvanecerse.

Koko Stambuk celebró 47 años justo en el día en que su banda madre debutó en Lollapalooza - Foto: Pedro Rodríguez

“Freebola”, “Enamorado de ti” y “Mi destino”, fueron coreadas hasta más no poder por una masa que jamás abandonó aquel catálogo y que envejeció hasta conformar parte respetable del catálogo pop y radiable de la música chilena.

Como la idea es celebrar aquellas canciones y que las gargantas ardan hasta decir basta, la banda conformada también por Vid y Rodrigo Stambuk, lanzó el año pasado un disco de covers bajo el título Dancing Queen Karaoke Club y que también pasaron a reverenciar en esta vuelta.

“Flaca”, el clásico de Andrés Calamaro, se sumó a “Don’t You Want Me” (The Human League) que con la voz de Rodrigo al frente tomó ciertos matices aguardientosos y logró plasmar cierto desorden a un set que podría prescindir de estas reversiones para dar paso a canciones nuevas que, por cierto, ya están preparando.

La gran revancha de Glup! está en que, al menos un par de generaciones de chilenos, se saben sus letras de principio a fin y justamente ese es el gran triunfo y el fin último de la música pop. Algo de eso vimos, por ejemplo, en el último Festival del Huaso de Olmué.

“Una cosa es traicionar y otra cosa muy distinta es Grado 3″, corean todos desenfrenados en el último tema de la tarde. Nada más local que entender (y sentir) aquella frase.

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