Durante el fin de semana, se dio a conocer la declaración judicial que entregó el pasado 14 y 18 de junio Herval Abreu, quien fue denunciado por acoso y abuso sexual por parte de distintas actrices que trabajaron con él.
Como era de esperarse, el "Zar de las teleseries" desmintió estas acusaciones. De hecho, disparó contra Bárbara Zemelman, la guionista de "Soltera Otra Vez" que fue despedida el año 2017 cuando estaba embarazada.
Sin embargo, la mujer no tardó en defenderse y reveló detalles del polémico "modus operandis" que tenía Abreu cuando trabajaron juntos.
De acuerdo a su testimonio, el hombre creó en la teleserie nocturna de Canal 13 el recordado "minuto feliz", donde los protagonistas visitaban un café con pierda donde un grupo de mujeres quedaban como Dios las trajo al mundo de la cintura para arriba. Por lo mismo, Zemelman decidió sacar ese tipo de escenas, lo que generó la molestia de su "jefe".
"Eliminé una locación que era un café con piernas en donde el director azarosamente le pedía a las actrices que allí aparecían que se sacaran la parte de arriba del bikini solo para 'adornar la escena' situación que cosificaba a esas mujeres sin que hubiese un aporte dramático o narrativo por lo que resultaba innecesario y ofensivo. Abreu no estuvo de acuerdo y trató por todos los medios de mantenerlo", cuenta la mujer a través de un comunicado.
Además, agregó que en varias oportunidades el director tevito "pidió incorporar chicas jóvenes que no eran actrices sin ningún argumento que justificara sumar esas escenas más que el atractivo físico de estas chicas. Mi compromiso con el canal era contar una buena historia y hacer que el regreso de Soltera Otra Vez valiera la pena. Nuevamente estas situaciones no aportaban en este sentido así que no las acepté".
Polémicas decisiones
Por otro lado, la mujer echó al agua a Abreu por una decisión que tomó sobre el final de la teleserie, de donde quiso dejar fuera a un actor que "no le hacía caso" durante las grabaciones.
"El final fue discutido y zanjado en julio de 2017 pero el director no estaba de acuerdo porque un actor involucrado 'no le hacía caso en el set y no lo podía premiar con un final'", aclaró.
"El rol de un escritor es darle forma a una buena historia y construir personajes coherentes por el compromiso y respeto que uno tiene con el público que sigue la historia. Intenté eliminar el sexismo con el que se trataba a algunas actrices, pero tuve un margen de acción muy pequeño, me gustaría haber hecho más. Aun así, si Herval Abreu declara que mi trabajo es incompatible con el suyo, no puedo estar más de acuerdo, y la verdad, estoy orgullosa de que así sea. Espero en el futuro poder darle vida a historias femeninas con profesionales que tengan respeto por nuestro género y sean capaces de representarlo desde ese lugar", remató la guionista.