La periodista se confesó en extenso sobre sus primeros nueve meses como madre.
Una desventaja pero también una gran ventaja reconoció Soledad Onetto sobre convertirse en madre a los 47 años. La periodista habló sobre su madurez y sobre cuánto ha cambiado en los últimos años.
En una íntima entrevista con Revista Velvet, la presentadora de Canal 13 comenta en profundidad sobre los nueve meses que lleva como mamá del pequeño Borja, sincerando que logró alejarse del perfeccionismo y el control que antes se exigía, llevando hoy una vida más relajada.
“Hace tiempo que me siento muy cómoda conmigo, con la mujer que soy. Ya no me cuestiono tanto si las cosas están bien hechas o no; estoy más relajada”, reflexionó.
Sole Onetto se sincera sobre su maternidad
Este “descontrol” Sole lo vincula a un proceso de aprendizaje, incluso de madurez que actualmente le permite vivir su maternidad de manera plena.
“Ser mamá a los 47 tiene una desventaja: tienes menos energía. No obstante, siento que la he sacado no sé de dónde, como que he rejuvenecido, ¡no sé cómo! Pero, insisto, la gran ventaja ahora es el nivel de madurez en que me encuentro. A los 20, 30 habría sido una mamá insoportable”, explicó.
“Miro para atrás y me veo en esa perfección que tenía. Habría vuelto loco al entorno, a Borja, a mí, ¡a todo el mundo!”, reconoció la periodista de actuales 48 años.
Contó que dejó atrás lo “obsesiva” y aprednió a soltar. “A las 18 horas parto al canal y tengo la gran ventaja de que Borjita se queda con su papá. Los primeros días me fui al canal llorando, pero aprendes a soltar; ya no estoy obsesiva ni lo miro todo el tiempo por las cámaras. Tipo 11 de la noche, cuando llego a casa, nos reencontramos”, detalló.
Onetto también se expresó sobre la dolorosa pérdida de un embarazo hace algunos años. “Fue muy devastador y demoledor para ambos. Cada uno en su duelo propio…”, comentó.
Ante la pregunta de si piensa en un segundo hijo, la comunicadora respondió tajante: “¡Ninguna posibilidad! Ni me lo planteo. Tengo tanto trabajo y Borja me demanda el 99 por ciento de energía y, aun así, la poca que me queda también es para él; así es que no”.
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