Los ecos de su pasado, una mirada a la industria y los lineamientos de sus últimos pasos son los temas que tocó el astro urbano en entrevista con La Cuarta. También dejó reflexión importante sobre la salud mental y sus cuidados: “En su momento, era un tema más tabú. Cuando uno decía que iba a terapia, poco menos te decían que estabas loco. Hoy en día es súper normal y es raro que alguien no se esté tratando”.
Camaleónico como él solo, sea de tu gusto o no, Harry Nach es uno de los exponentes urbanos chilenos a los que definitivamente la palabra polifacético les queda como anillo al dedo. Con cada proyecto y época de su carrera, ha marcado un sonido y una etapa tanto en su música como en su vida personal.
En una era donde a cualquier músico que rapee en distintos ritmos se le tilda de versátil, el mencionado artista no solo pasa por distintas corrientes, sino que lo hace con éxito en la concreción de sus diferentes placas.
Esos primeros sencillos de frenesí con aire adolescente, como “Antonio”, “Pervv” y “Fuck”; su lado más comercial en “Big Cut” y “¿Por qué te enojai?”; su faceta invernal en su disco Frío; su crossover entre la electrónica y lo urbano en Flints; y recientemente, el sonido veraniego de Harryto’s.
Pero el gran salto llegó con “Tak tiki tak”, un tema lanzado en 2018 que, no obstante, dos años después alcanzaría el éxito viral en plataformas de streaming y en TikTok, llegando a los 7 millones de oyentes mensuales en su momento. Un logro importantísimo para la época, no solo para el miembro de Only Perk, sino también para la movida local.
En la otra cara de la moneda, la fama también trajo consigo el exceso de sustancias y el deterioro de su salud mental.
Ahora, con más experiencia, está vibrando alto, tal como se titula una colaboración que tiene con Aqua VS, con un rótulo de nombre probado.
Acerca de su presente, experiencias, visión de su carrera y su proyecto Harryto’s, el exponente urbano habló con La Cuarta.
“Un refresh a mi carrera”

—Este se puede decir que es, dentro de la discografía de Harry Nach, el trabajo veraniego...
—Claro, es algo más fresco, un refresh a mi carrera y también un regreso a un ámbito más comercial como el reggaetón, algo que había dejado un poco de lado. Ya me había tirado a experimentar con nuevos ritmos, como en Flints, y ahora volví con todo al reggaetón.
—¿Y cómo fue el proceso? Hablando con artistas, siempre me dicen que en un disco con muchas colaboraciones hay más logística, que es más complicado…
—El tema de las colaboraciones nunca lo fuerzo tanto, siempre se han dado de manera fluida. Me gusta que sea así. En su mayoría, fueron encuentros en estudios musicales o coincidencias con algún productor.
—Hablando de productores, en esta pasada Swift047 tiene un rol importante, es protagonista, aparece en cinco de siete canciones…
—Con Swift nos hemos juntado mucho a hacer música y, por lo general, los proyectos que hacemos me terminan gustando harto, tanto que terminan entrando en mis discos.
—Swift con Harry Nach suena distinto a Swift con Kidd Voodoo...
—Harry Nach y Kidd Voodoo son distintos. Swift también es muy versátil dentro de las cosas que hace.
—Swift representa un poco el sonido de esta nueva etapa. Y yo me acuerdo que, anteriormente, cuando uno te escuchaba con Pablo Feliú, siempre había como un productor de cabecera en cada etapa de tu carrera…
—Igual Pablo Feliú estuvo presente en este álbum. Siempre está presente en mis proyectos musicales y trabajó en muchos temas en colaboración. Generalmente, está Swift porque él hizo la pista, pero Pablo también está ahí en el estudio dando ideas, melodías, etc. Siempre estamos con él.

—Lo entrevisté hace un año y algo, y él me decía que tú eras como su dúo dinámico…
—Pablo Feliú es la alarma secreta.
—¿Y por qué Harryto’s?
—Todo esto partió en un viaje a EE.UU. cuando estábamos creando el álbum Flints en Los Ángeles. Allá venden una bebida que se llama Jarritos, me compré una y mi mánager Diego me empezó a decir “Jarrito” por la bebida. De ahí surgió el concepto. Aparte, es una bebida latina que se insertó en ese país y representa harto lo latino dentro de ese comercio. Es algo fresco, con diferentes sabores, y eso también es lo que yo quería mostrar en este EP.
—¿Por qué entrar al lado comercial? Tuviste una etapa bien experimental, Frío era reggaetón, pero con un enfoque distinto. Después llegó Flints…
—Frío tiene temas más oscuros, con un sentimiento más de nostalgia, tristeza, sentimientos más fríos. Lo saqué en una época donde hacía frío, además. Después, con Flints, quise refrescar un poco más el sonido y me fui en la volá de la electrónica. Ahora, para este nuevo proyecto, quería algo más cálido y veraniego.
—¿Cuáles son tus tres canciones favoritas de este proyecto?
—De las que más me gustan, pondría “Chance”, que es de mis favoritas, un tema mío solo producido por Swift. Después, también pondría “Muñequita”, con el Bryartz. Y como tercero está difícil... creo que “Cero Sentimientos”, con Kidd Voodoo, que es un palo.
“Si no hay profesionalismo ni disciplina, las cosas se van de las manos”
—Cambiando de tema, en entrevistas previas has dicho que cambiaste el chip, te estás cuidando más, has cambiado tu filosofía de vida y te has acercado a tu familia. Hubo una etapa de tu carrera donde andabas a lo rockstar, ¿qué cambió?
—Le estamos tomando más seriedad al asunto. Siempre hay una etapa en la que uno experimenta y descubre cosas. Sí, tuve una etapa más rockstar de la que no me arrepiento, porque fue parte de conocerme y aprender. Ahora me tomo las cosas con más conciencia y madurez porque me di cuenta de que soy muy influyente para la gente, le tomé el peso a eso.
—¿Oye, Harry, la vida de un artista urbano es muy rockstar o eso depende?
—No, en realidad esto es un trabajo como cualquiera. Obviamente estamos en un mundo del entretenimiento, donde hay fiesta y muchas cosas, pero la mayoría de los equipos de trabajo que he visto hoy en día en la escena urbana son serios, hacen las cosas bien. Si no hay profesionalismo ni disciplina, las cosas se van de las manos. Hay más opciones que vivir la vida rockstar, pero eso puede pasar en cualquier ámbito.
—¿Alguna situación marcó ese cambio en ti?
—Fue porque empecé a preocuparme por la salud mental. En su momento, era un tema más tabú. Cuando uno decía que iba a terapia, poco menos te decían que estabas loco. Hoy en día es súper normal y es raro que alguien no se esté tratando.
“Esos actos de rebeldía también me ayudaron a conocerme”
—Tú y varios de tus colegas empezaron re chicos. Uno escuchaba “Antonio”, veía esos videos y claro, eras un adolescente...
—Estaba disfrutando la vida, era un momento de rebeldía. Yo creo que todos pasamos por esa etapa. Además, el mundo impone ciertas normas sobre lo que deberíamos hacer. Entonces, esos actos de rebeldía también me ayudaron a conocerme y entender mis propios límites.
—Ser artista es ser un rebelde…
—Claro, depende de tu formación. Generalmente, te dicen que debes estudiar algo tradicional, trabajar en oficina, etc. En mi caso, fue algo de rebeldía, porque no era algo factible vivir de esto en Chile en ese tiempo. Hoy es distinto, hay muchos artistas progresando, les va bien. Ahora los niños quieren ser cantantes, antes no se veía tanto.
—Y no solo cantantes, sino productores, ingenieros en sonido…
—Claro, fotógrafos, estilistas, maquilladores… Hay muchas personas que trabajan en la industria y ahora hay jóvenes que quieren formar parte del proceso artístico.
—¿Qué nos puedes contar sobre tu futuro?
—Estamos preparando muchas cosas. Hoy en día estamos disfrutando Harryto’s, el proceso de este proyecto musical. Soy ansioso y tengo demasiados proyectos en mi cabeza. Quiero lograr cosas rápido y me exijo mucho día a día. De a poco se los iré contando.