En las turbulentas aguas matinales levanta la cabeza entre las olas un matinal llamado "Hola Chile". Bajo la conducción de Julia Vial y Eduardo de la Iglesia, el espacio –lunes a viernes entre 08 y 13 horas- logra captar una audiencia ávida de información.
En las turbulentas aguas matinales levanta la cabeza entre las olas un matinal llamado "Hola Chile". Bajo la conducción de Julia Vial y Eduardo de la Iglesia, el espacio –lunes a viernes entre 08 y 13 horas- logra captar una audiencia ávida de información.
La consolidada dupla Vial-de la Iglesia, que mostró sus dotes recientemente en el Festival de Chanco, es en gran medida artífice del éxito del espacio. En este contexto, el crecimiento sostenido que ha tenido el Eduardo es destacable.
En el juego de roles que tiene cada uno de los conductores, aparece Julia Vial con su tono rígido y sereno. El dato duro es su pasión, pero no siempre logra dar con la tecla exacta en el momento indicado. Esto queda de manifiesto, principalmente, en los momentos lúdicos del matinal. Es ahí donde Cony Roberts, una de sus panelistas, toma fuerza.
Hola Chile tiene diriamente una tarea no menor: competir con los grandes acorazados de la TV chilena. Para muchos la mañana es el nuevo prime de la industria y es donde los canales ponen sus fichas. Los réditos comerciales que arrojan los franjeados son importantes para dar con números azules al momento de cuadrar la caja.
Con un cargado acento a lo policial, terreno que por años fue propio de ChileVisión, "Hola Chile" ha logrado escalar peldaños y encontrar un nicho. Claro, no es la pólvora pero es interesante ver cómo se convierten en una alternativa. Un ejemplo al pasar: el 27 de enero el móvil con el folclorista Tito Fernández acostado junto a su mujer. El segmento logró alta sintonía al mostrar una cara distinta de un personaje ampliamente cuestionado. El tiempo al aire no es algo que apremie en el matinal. Allí se toman la contingencia con calma. Por eso los entrevistados se dan el tiempo de contar detalles de su vida y surgen datos sabrosos, como el préstamo de 2 millones de pesos que hizo la Doctora Cordero al Temucano para que superara sus problemas.
Todo eso se logra con un panel acotado –las mesas con varias voces solo distraen el foco de atención- y con entrevistados que tengan algo que contar. Y la agenda está llena de testimonios que no encuentran pantalla para explayarse. Es ahí donde aparece "Hola Chile", siempre con micrófono abierto para los sin voz.
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