En un zafarrancho de figuras de los eventos santiaguinos que sacaron a relucir sus mejores carteras Gucci, Vuitton, Loewe, Dior o Saint Laurent y corrían por la terraza del Museo de la Moda de Vitacura para tomarse una selfie con Kate Moss, terminó el cóctel donde la top model más top de todos los tiempos, la Marlen Dietrich de las pasarelas, fue nombrada embajadora honorífica del museo de Jorge "Toto" Yarur.
"¡Atroz!", comentaba un testigo de la escena donde los invitados perdieron la compostura ante la musa de Chanel y Lucian Freud que intentaba disfrutar uno de los mini pasteles de choclo o empanaditas del menú.
El productor de eventos Mario Azócar y la figura del estilo capitalino Valentina Hites luchaban por la foto. Andrés Alemparte, el hombre del programa de Chilevisión Espías del Amor, trotaba detrás. Hasta la hermana Nora del Hogar Santa Claro tuvo su selfie. Y la actriz Daniela Vega le insistía a la maniquí que le diera el teléfono para más tarde ponerse en contacto y salir a carretear con sus amigos.
Kate fue "polite", encontró todo lindo y estaba de lo más agradecida, tratando de disimular la incomodidad y escabulléndose sobre sus sandalias doradas de discoteca, vestido floreado que transparentaba todo y un anillo de brillante gris que perteneció a Elizabeth Taylor.
Tuvieron que encerrarla en una especie de privado para escapar del acoso de los invitados vip, que igual se pegaron a unos vidrios para mirar hacia dentro.
A las 11 de la mañana del martes pasado fue esta cita para el evento con la maniquí inglesa de 44 años. La gente llegó al patio de entrada del museo. Una bandeja de galletas Nik de frutilla al lado de un plato con bolsitas de té Lipton amarillo y tres termos con agua y café, fue el recibimiento al escuadrón de periodistas, blogueras fashion e invitados de Toto Yarur.
Patricia, la hermana de Marlen Olivari que fue Miss Paula 1986, posaba forrada en estampado tipo Pucci. Harold Mayne-Nicholls andaba de suéter Tommy de fin de semana y Augusto Schuster con su look Justin Timberlake. Entre otros.
Kate arribó temprano, en un BMW puesto por la producción, y entró rauda a la casona del museo. Más tarde ingresó la ministra de Cultura Alejandra Pérez, con pollera de jersey negro y botines fashion.
Todos los demás esperaron una hora o más afuera. Hasta que Kate, Yarur y Daniela Vega salieron, hablaron de manera breve y vino el cóctel para los "vips" y la lucha por la selfie.