Periodista de "Misión Encubierta" se hizo pasar por líder de una banda de portonazos. Arriesgó el pellejo con "colega" que sacó un arma de fuego. "Un disparo de esos te puede arrancar la pierna", revela el profesional que pasó meses en medio de delincuentes.
"Misión encubierta", el programa de infiltrados de Mega, pasó meses grabando su segunda temporada, que partía anoche en paralelo a "En su propia trampa", de Canal 13. Un capítulo de alto impacto, donde un periodista camuflado arriesgó el pellejo haciéndose pasar por el líder de una banda de delincuentes dedicada a los portonazos.
El reportero secreto pasó el susto de su vida metido en el mundo del hampa, al percatarse que uno de sus "pupilos" tenía un arma de fuego y quería usarla. El valiente accedió a contar su experiencia límite a La Cuarta bajo el anonimato absoluto, debido a lo peligroso de su trabajo.
"Fue uno de los momentos más difíciles (el arma), porque yo pensé que estaba controlando la situación, yo no me había infiltrado en una banda, sino que llevé la banda hacia mí y me había caracterizado como un choro, un tipo que ya había estado en la cárcel, que se las sabía todas, por lo tanto ellos estaban trabajando para mí".
- ¿Qué hiciste en ese momento?
Intenté controlar al máximo la situación, cuando él me sale con esta sorpresa, porque llega y me muestra esta escopeta hechiza, y encima cargada con un cartucho del 12, que cualquiera que conoce de armas sabe que un disparo de esos te puede arrancar la pierna.
- ¿Temiste ser descubierto?
Fue súper complicado, complejo, pero yo seguí en mi rol de choro, de jefe, poniendo orden, entonces le digo que me la pase y que la escondan, le di a entender que conmigo rompió una norma.
- Menos mal que hizo caso...
Él en todo momento quería hacer un portonazo, en varias ocasiones dijo 'bajemos, hagamos esto' y ahí tuve que llevar control... Era un chico que vive de eso, del robo de vehículos, y aunque no tenga comprador, no le importa... Se para, lo roba, da un par de vueltas con él y lo deja botado. Es como una adicción a la adrenalina, de probar lo que es capaz.
Pilar Rodríguez, editora del espacio, explica que siempre hay cosas inesperadas en el proceso de investigación y que el equipo está preparado para enfrentarlas de la mejor manera. "Los preparamos mucho, porque no es llegar y entrar a ese mundo", indica.
- ¿Cómo es entrar en el mundo del hampa?
El contexto de este programa es de investigación periodística, eso no se puede olvidar, en un formato distinto y, como tal, bajo ningún punto de vista podemos participar ni ser cómplices de un delito, esa es una máxima número uno. Nosotros por ley no estamos obligados a denunciar un hecho ilícito, es diferente a un funcionario público, ellos siempre que presencien una irregularidad con carácter de delito tiene que denunciar, nosotros tenemos una ética y si presenciamos algún acto de este tipo, habitualmente ponemos los antecedentes en la fiscalía.
- ¿Cuál es la preparación del periodista encubierto?
Una de las fases fundamentales antes de que entre el infiltrado es un barrido, desde el punto de vista legal de nuestro equipo de abogados del canal y lo que significa la normativa en torno de donde vamos a ir para disminuir los potenciales conflictos que puedan ver involucrados en una situación complicada desde todo punto de vista.
- ¿Cuánto demoran en grabar cada programa?
El resultado en pantalla tiene una historia de investigación, de perseverancia, de error, porque no es llegar y tocar la puerta y decir 'yo soy vendedor de autos' y el cabro cae. Hay un trabajo previo laaargo. Hay que tener harto talento y temple para convencer a quien cometerá el delito, para que confíe.
- ¿Cuáles son los resguardo que toman?
Contamos con el respaldo del canal para los looks, con gente de mucha experiencia de los maquilladores, también tenemos asesoría externa, cada capítulo requiere una caracterización diferente. Hay un detalle no menor, esto permanece en el tiempo, tiene que ser siempre igual, lo que dure la investigación. Por eso trabajamos con una empresa especialista en caracterización. Se construye un personaje como para una teleserie.