Eugenia Lemos, Juan Pablo Queraltó, Adriana Barrientos y Bruno Zaretti contaron a La Cuarta como la hacen para generar ingresos a falta de pegas digitales.
Las esquirlas del estallido social en Chile han tocado a distintos actores de la economía y tal como pymes y grandes empresas lamentan bajas en su actividad, los influencers que capitalizaban a través de sus redes sociales en el país, también se han visto afectados por este revés.
Contratos con marcas, publicaciones de marketing, entre otras, han quedado en el olvido y si bien es difícil conseguir un promedio de ingresos, lo concreto es que la mayoría de quienes suman entre 500 mil y un millón de seguidores tendrían una merma económica que fluctúa entre uno y dos millones de pesos, según contaron a La Cuarta fuentes vinculadas al mercado digital.
Cien mil pesos en promedio por una historia de Instagram o un "pack" de tres historias y un post por cerca de $800 mil, son parte de la "carta" que ya no está a disposición de los rostros.
La Cuarta conversó con cuatro famosillos que se destacan en el área digital para que nos contarán cómo sobrellevaron el momento.
Paren todo
Juan Pablo Queraltó ha sido reconocido no solo por su trabajo en televisión, sino por las activaciones que tiene con marcas a través de sus redes sociales. "El estallido social marcó un antes y un después en las redes sociales y en los medios. Si bien tengo varias marcas que trabajan conmigo, a raíz de lo mismo, por decisión propia, decidí dejar todo stand by porque siento que no es la idea promocionar cuando Chile pasa por momentos difíciles y está marchando por las calles".
Ayuda a los emprendedores
Posicionada como una influencer de moda importante, Eugenia Lemos cuenta que "quedó todo parado, tenía muchas activaciones en octubre y de común acuerdo con algunas marcas decidimos no hacerlas. Otras querían seguir pero dije no, no era el momento. Está todo frenado".
Este tiempo, Euge lo ha aprovechado para prestarle ayuda a los emprendedores que se vieron más afectados. "Aporté con información de las manifestaciones, pero necesitaba retomar un poco con mi área, reuní a mi equipo de producción de moda y empezamos a trabajar con las pymes del rubro para ayudarlas en este difícil momento a nivel laboral".
Quebró la pyme
Adriana Barrientos es una fiel compañera de las pymes y vivió los efectos de la crisis en sus propios zapatos. "Mi emprendimiento de Adribikinis quebró, quienes trabajaban conmigo tuvieron que ser despedidas y la verdad es que nadie más compró nada. Por ese lado fue súper complicado, quería independizarme y ahora me veo más complicada", dijo.
Eso no la desmotivó y decidió apoyar a las pymes con las que trabaja, aportando con publicidad en su Instagram, aunque la gente no lo entendió bien al inicio. "Creo que supe afrontarlo bien, fui honesta con la situación que estaba pasando y dejé las cosas claras, mis seguidores entendieron la razón de porque subía esos contenidos".
Sin eventos
El bailarín axé Bruno Zaretti es otro que debió cancelar y reagendar varios eventos que realizaría por Chile junto a su equipo de trabajo. Sin embargo, aprovechó su liberada agenda para ayudar en eventos benéficos. "Nos unimos con mis compañeros para aportarle algo a la gente. Donde necesiten nuestra presencia ahí estaremos. Debemos apoyarnos unos con otros", cerró.