La periodista y Maite Solabarrieta (17) comparten la misma pasión deportiva y cada vez que salen de vacaciones levantan arena con sus remaches. "Es un orgullo que mi niña practique este hermoso deporte", dice la mamá chocha.
Dentro del clan Vergara-Solabarrieta no sólo existen promesas del fútbol, como Nicolás (firmó la semana pasada en el club uruguayo Tacuarembó) y su hermano Iñaki. Las mujeres también la rompen en lo deportivo.
Mamá Ivette es seca voleibolista y heredó sus saques a su hija Maite (17), quien es parte del equipo juvenil de voleibol del Club Social y Deportivo Colo-Colo. Ambas comparten una carrera sobresaliente como jugadoras y la panelista del matinal Mucho Gusto, de Mega, está chocha: "Es un orgullo que mi niña practique este hermoso deporte".
Esta pasión las ha unido con fuerza y cada momento lo aprovechan para compartir algunos pases de balón, sobre todo durante las vacaciones. Playa que van, playa donde se aplican al juego, al que además se suma a toda la familia. "Cuando vamos a la playa los planes son ir a tomar sol, que lo hace solo Fernando, y los otros juegan, finalmente él también se incluye. Nos separamos en equipos, porque si jugáramos juntas todos perderían", comenta Vergara.
- Y fuera de las vacaciones ¿juegan juntas?
No, ya que somos de diferentes categorías. Pero cuando Maite recién llego a Colo-Colo, el entrenador invitó a mi equipo y estuvimos entrenando juntas seis u ocho meses.
Pos matinal. Desde los 11 años Vergara se dedica a esta disciplina. Representó los colores de la Universidad de Chile y además fue selecciona nacional. En la actualidad la ex miss Paula practica el deporte de sus amores, una vez que termina el matutino: "Actualmente juego por Everlast, pero también me he unido a la Universidad Católica".
Maite cuenta que sus papis son los más orgullosos de su talento para el balón y a través de redes sociales comparten cada uno de sus triunfos. "Creo que son los grandes pilares de mi vida, ya sea personal como también deportiva, siempre están para apoyarme después de un mal partido o un mal entrenamiento, han inculcado en mí la disciplina, la importancia del esfuerzo y el sacrificio para lograr grandes cosas".
Sobre sus inicios en la disciplina, la joven explica que claramente su progenitora fue "la principal motivación para empezar a practicar este deporte. La forma en que me contaba sus historias se notaba la pasión que sentía".
- ¿Te gustaría dedicarte de manera profesional al voleibol, como tu hermano Nicolás? Me encantaría poder dedicarme al deporte que amo, a quién no le gustaría vivir de algo que te apasiona y disfrutas, pero tengo muy claro que esto es un hobby. Para vivir del voleibol tendría que jugar en ligas fuera de Chile. Sí, me gustaría poder sacarles provecho a los años de sacrificio y utilizar mi deporte para poder estudiar fuera y si es posible seguir jugando.