Jorgito Parrillero lanzó libro en su peak: “Si hubiese empezado en pandemia, hoy estaría en Miami cocinando con la Roca”

Jorgito Parrillero
Jorgito Parrillero

El tiktoker que comenzó grabándose poniendo el celular en una taza mientras era retado por su mamá, escribió “¿Bailamos un poquito?”, un compilado de recetas virales, tradiciones chilenas y anécdotas personales. Jorgito está en la cúspide, se da el lujo de rechazar marcas, premios y realities; pero sueña con un asado con Sylvester Stallone: “El día que haga eso, podré morir tranquilo”, le confesó a La Cuarta.

En números, Jorge Valenzuela, conocido en redes sociales como Jorgito Parrillero se ve así: 2,8 millones de seguidores en TikTok; 1,5 millones de visualizaciones en su video viral, más de 1000 comentarios en cada clip que publica, y un libro recién lanzado entre sus manos titulado “¿Bailamos un poquito?”.

En esta, su primera publicación, repasa anécdotas personas para enlazarlas con recetas, su pasión por la parrilla y hace un refresh a las delicias tradicionales de la cocina chilena.

El influencer que comenzó grabándose poniendo el celular en una taza mientras su mamá lo retaba, hoy tiene su propio equipo de producción, se da el lujo de rechazar marcas, premios, y realities. Él esboza su propio camino y sueña con hacer un asado al lado de Sylvester Stallone.

Su futuro viene cargado de proyectos de los cuales puede hablar poco y nada. Pero algo está claro, por más que lo tienten, no lo veremos en televisión: “No quiero involucrarme en algo que está medio chacreado. Ves a un gallo de la tele y lo relacionas altiro con política, y la política se farandulizó, no es mi estilo, no me gusta el cahuín”, le reveló al diario pop desde Estados Unidos.

Jorge, ¿cómo nace la idea de este libro, te lo propusieron o fue una iniciativa tuya?

La editorial me contactó cuando estaba recién empezando, y en ese tiempo me demoraba como una semana en hacer cada video, así que preferí decirles que no porque quería hacerlo bien. Y después, como a los dos años, cuando ya más o menos sabía cómo grabar, y cuántos vídeos podía hacer a la semana, yo les dije, “¿Saben qué? Ahora sí que estoy en condiciones reales”.

¿Cuánto tiempo les tomó armar el libro?

Un año más o menos, fue harta pega, de hecho fue bien entretenido porque teníamos que sacar las fotos de todo lo que había escrito, y eran como 100 recetas, y yo tenía un viaje programado para una semana después, a Estados Unidos, entonces tuvimos que maratonear recetas, lo pasamos súper bien, fue bueno.

“No sabía que no era tan malo para escribir”

¿Y cómo se les ocurrió la estructura del libro? Porque tiene toda la previa al asado, también tus características salsas, tus sándwiches, recetas chilenas y hasta anécdotas.

Mira, yo no sabía que no era tan malo para escribir, y todo lo que yo escribía pasaba por un periodista, pero no fueron tantas las correcciones que me hizo, así que estoy alegre por mi trabajo personal. Lo de las historias personales, fue porque me di cuenta de que la gente a través de las redes sociales, que yo estaba haciendo un impacto positivo, pero que no me estában conociendo como realmente soy. Hace 3 años yo era un emprendedor que estaba en una parcela encerrado, embarrado entero, plantando pinos todo el día y de repente, me empezaron a pedir fotos en la calle, fue como “chuta, qué difícil”. Y hasta el día de hoy es un tema, le tengo pánico a la cámara, y encontré una manera de contar esto de forma escrita, se me hacía mucho más fácil. Entonces dije, “ya démosle acá, soltémonos y hablemos un poquito de mí”. Lo de las recetas se dio porque hace rato que yo estaba con la cuestión de la salsa, con la comida chilena, la parrilla que es lo que más quiero en el mundo. Pero el resto se fue dando a medida que íbamos escribiendo, este libro lo escribí con mi polola y con mi hermano…

¿Y qué tal esa experiencia compartida?

Yo les contaba las recetas que queríamos enseñar y las empezábamos a conversar, y la Jose me escribía lo que yo quería decir, y Juanito por el otro lado, que es mi hermano, me iba escribiendo su resumen de la historia.

Fue un trabajo en equipo familiar.

Fíjate que la Jose está viviendo en Estados Unidos y nos vinimos justo la semana que sacamos las fotos, y después tuve que volver a Chile al lanzamiento del libro y se suponía que estaría solo dos semanas, imagínate ella recién instalándose en una casa y con perro. Y mi estadía en Santiago se extendió mucho, estuve 3 meses en Chile sin verla a ella ni al perro, y ella se perdió el lanzamiento, se perdió todo, y ella era parte importante de esto. Entonces me habría encantado que estuviera, pero bueno, así se dieron las cosas.

¿Estás por trabajo en Estados Unidos?

Sí, vine a hacer un montón de colaboraciones que son un secreto. No son con marcas…Pronto lo voy a contar.

Bacán, esperaremos esa sorpresa. El libro también tiene recetas vegetarianas. ¿Por qué decidiste incluirlas?

Porque la idea era llegar a todo tipo de público, y el vegetal en la parrilla a mí me encanta, pero no es tan atractivo en las redes, entonces por eso no lo hago tanto, pero siento que en un libro había que ponerlo porque es un buen acompañamiento. Parrillar significa parrillar algo, no solo carne, y la idea era no dejar a nadie fuera del libro.

¿Tienes alguna receta favorita o quizás una que tenga alguna historia especial?

Sí, la primera receta que hice, de hecho, la nombró como tal en el libro, una arrachera rellena. Esto no está en el libro, pero en pandemia murió el centro de eventos que hice, y yo pensaba que la pandemia iba a durar una semana, yo dije “una semanita para descansar, la raja”, pero fue mucho más largo que eso, y ahí empezaron las deudas, Me tiré con un emprendimiento tipo Cornershop en Rancagua, pero llegó Cornershop y me quedé con las mismas deudas, estaba quebradísimo. Y ahí fue cuando la Jose me dijo “te falta un hobbie”, entonces dice " me gusta el deporte, pero estoy a años luz de ser alguien importante; y el asado que es mi gran amor”. Me acuerdo que empecé a grabar la receta, puse el celular adentro en una taza, y llegó mi vieja entre medio y me dijo: “Jorge, quiero hablar contigo, tení 31 años, me preocupa que no estés trabajando, estás haciendo puras leseras”, y yo estaba tan motivado con la receta, pero ese dicho me bajó tanto y dije: “igual tiene razón”. Pero lo grabé, comimos rico, lo subí, y le fue mal. Y después el segundo vídeo, que fue un lomo liso con una salsa mantequilla, la José me dijo: “Deberías meterle voz, que no sea en silencio”. Y mi voz no es muy amigable entonces no me tincaba, pero ella es fonoaudiología y me decía que lo hiciera. Y lo hicimos 1000 veces, y ese lo subimos y a ese le fue.

¿Y el “bailamos un poquito”, de dónde salió?

En los primeros videos de repente intenté meterle “y mientras esperamos, bailamos”, y me pegaba un baile que hasta el día de hoy lo veo y me da vergüenza, pero tuvo más likes. Y después el “bailamos un poquito”, ese fue el viral. Entonces dije: “Esta es la mía, hay que meterle voz y bailar un poquito”. Yo soy un gallo muy tieso para bailar, todo el mundo me molestaba, cuando iba a una discoteca era un robot, entonces de ahí quedó el “bailamos un poquito”, es como cuando sacaba a la chiquilla, pero me decían que no y terminaba bailando solo porque me dejaban botado (ríe). Mis amigos me decían que era tieso, y ahí nació el “bailamos un poquito”.

Con lo que me dices de la voz, existe entonces esto de la “voz de influencer”...

Obvio que sí, hoy me lo tomo como un trabajo a tal magnitud que aquí en Estados Unidos estoy buscando un curso de Teatro porque esto al final es un personaje. El rubro de la cocina en particular es una cuestión que requiere mucho profesionalismo, tu ves un video de 50 segundos, pero detrás de eso hay que repetir las tomas un millón de veces, los enfoques, las luces, las cámaras. Me hubiese encantado bailar mejor y hacer un trend y chao, pero esto requiere mucho tiempo, es mucha pega.

“Cuando me cortaron las alas, me quedé solo con la comida”

¿Dónde aprendiste a cocinar?

Aprendí a cocinar a los 14 años. Yo tengo una familia muy parrillera, son todos fanáticos de la carne y me hacían prender el fuego a los 12 años con un secador de pelo, a la antigua, me empecé a meter mucho en ese mundo. Y siempre he sido un gallo que le gusta atenderte bien, si te invito a mi casa me gusta atenderte como reina, y la comida va muy relacionada con atenderte bien, es una forma de mostrarte mi cariño. Y me acuerdo que en lo en los asados familiares, todos los domingos, yo buscaba la forma de sorprender a algún familiar. Una vez hice una carne en una yegua de carga, tenía 15 años y no tenía idea que habían estos palos para asado, tengo una foto por ahí con la yegua, el pedazo de carne y la leña en el pasto todo quemado, no sé cómo mi viejo me aguantó. Y así empecé con esto, hasta que me definí real con el centro de eventos, un lugar súper rústico, con juegos inflables y me acuerdo que los papás de los niños me decían “que ganas de quedarme un rato más para hacer un asado”, y yo para ahorrar lucas decía, “yo te lo hago”. Y después me empecé en la parte del catering y la comida, entonces cuando me cortaron las alas de todo, me quedé solo con la comida.

En una entrevista dijiste que al inicio de tu carrera en redes te llegaban muchas comparaciones, algo que a muchas personas los puede tirar para abajo, ¿cómo seguiste pese a las críticas?

¡Dándole! Mira, hay una chiquilla que la etiquetan en mis videos, dicen que es mi copia, le dicen que tiene que tener su sello, y yo partí igual. Ella me escribió hace unos meses y es mucho más chica en seguidores. Me dijo que podríamos cocinar algo para desprenderse de mí. Yo le dije que no estaba en Chile, pero le recomendé: “olvídate de la gente, va a llegar un momento en que te vas a desprender solita de mí”, y eso la motivó. A mí me pasó lo mismo, porque dices una palabra genérica que la ocupaba alguien que tenía el trono y le estás copiando. Pero al final fui agarrando mi propio concepto, mis propias palabras por así decirlo. No crean que hay un gran equipo de marketing atrás, no, soy yo solito nomás inventando palabras, “ahora a disfrutar”, “te enseño cómo”, " toma nota”. Se me fueron ocurriendo y las fui metiendo. Pero sí, es muy difícil desprenderse de los demás.

Me contaste que tu mamá te retó porque estabas haciendo tonterías, y tú empezaste en TikTok a una edad adulta, a diferencia de los otros creadores. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Si yo hubiese empezado en TikTok en la pandemia, hoy estaría en Miami cocinando con la Roca, te lo aseguro. Porque puta que te mostraba TikTok, era impresionante. Yo llegué tarde a todo y aún así lo logré hacer, pero paso a paso porque está cada día más difícil, pero en el tiempo pandemia, esta cuestión era un boom, o sea, habían tres chilenos y los tres chilenos crecieron como nunca más, fue impresionante. Y claro, en edad también llegué tarde, estoy viejo, entonces igual trato de mantener las tendencias, intento buscar la música que está de moda como para no quedarme tan atrás.

Jorgito Parrillero
Jorgito Parrillero

El carisma de Jorgito

¿Qué crees que tienes que enganchaste a la gente?

¿Te cuento la verdad? Te juro por Dios que no lo sé. De chico siempre fui el peor en todo, no vengo de una familia de profesionales por el lado de mi papá, por el de mi mamá sí, pero yo me crie con mi viejo, dos hombres siempre juntos, solos, desordenados, al lote. Y mi viejo siempre me decía: “vo tení una gracia, que es la que tenía tu abuelo, erí un gallo carismático y algún día ese carisma lo vas a saber explotar”. Y hasta el día de hoy no tengo idea si es eso, pero la gente me quiere mucho, supongo que es eso.

Y hablando de ese carisma, si bien tu trabajo son las redes, ¿te interesa la tele?

No, no quiero estar ahí. Hace poco fueron los Premios Cordillera y estaba nominado, y nunca di señales, además que no estoy en Chile, pero tampoco dije que iba a ir porque sabía que era un ambiente muy televisivo y quiero creer que por las mías lo he hecho bien, no quiero involucrarme en algo que está medio chacreado. Ves a un gallo de la tele y lo relacionas altiro con política, y la política se farandulizó, no es mi estilo, no me gusta el cahuín. Es diferente si me invitan a un festival o a la Teletón, cosas que sumen, que sea un aporte o para una causa en particular, pero no para ir a un matinal. De hecho, me han invitado a todos los realities, pero no me imagino en uno, no, me muero.

¿Y también has rechazado marcas?

Rechazo más de las que acento. Yo soy bien jodido con las marcas, la gente es mi prioridad, si no gano un peso para que a la gente le guste un vídeo, yo lo prefiero así. Pero si una marca viene y me dice, “Oye, tienes que decir esto, tienes que hacer esto”. Yo le digo, “vaya, hágalo usted amigo mío, yo lo hago de mi manera”.

Te puedes dar ese lujo…

Gracias a Dios, por el momento, sí. O sea, siempre será algo que realmente yo quiera mostrarte, que tenga ganas de que tú lo sepas.

Al inicio del libro dices que un asado no es solo comida. ¿Qué significa un asado para ti?

Esta cuestión es como un arte, no es solo asar carne en una parrilla a gas y chao. Para mí el asado es humo, es fuego, vino alrededor del fuego, es una buena conversación, es acercarte a la familia, acercarte a los amigos, eso es un asado. Es toda esta introducción antes de comer la carne. La carne al final es el resultado de un momento hermoso, hacer participar a la gente del proceso, y eso hace que hasta el grupo que tenga menos confianza de la tierra se conviertan en amigos en una hora. Yo me hice amigo de todos mis clientes, los involucraba en el centro de eventos, en todos mis asados y terminamos carreteando. Obviamente yo sin tomar porque hay que ser profesional, pero al final me hice amigo de todos, justamente por este arte de asar.

¿Y a qué famoso te gustaría invitar a un asado?

¿Queréis saber a quién? Sylvester Stallone, el día que yo haga eso, tú lo vas a ver y vas a decir “este weón se puede morir tranquilo”. Mi película favorita, Rocky. Me encanta el actor, me encanta su vida, el gallo es un genio. Aunque es pesado parece, no es fácil llegar a él.

¿Y un famosos chileno?

Germán Garmendia, un ícono. Admirable Germán, es el youtuber más grande de Latinoamérica, lo respetan y lo quieren mucho, el gallo en México es una bestia, yo le hablé una vez y no me pescó. Pero él vive en Miami, en una casa al frente del lago, está a otro nivel.

Encuentra el libro “¿Bailamos un poquito?” aquí.

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