“Juego muy mal fútbol, soy un desastre”: confesiones, sueños y recuerdos de Thiago Cunha

Thiago Cunha .

El brasileño llegó con tan solo 18 años a Chile para sumarse a Axé Bahía, una época que recuerda con La Cuarta como “una locura”, igual que “estar en una película”. También repasa su peak de popularidad en el reality Mundos Opuestos y su nuevo proyecto que califica como “mi segundo hijo”.

“Como que los periodistas salieron del mismo profe”, dice entre risas Thiago Cunha, tras comentar que los reporteros suelen hacerle siempre las mismas preguntas… Y quizá esta no sea la expeción.

Todo sucede en el McDonalds en el McDonald’s de Av. Kennedy, que es una las sedes de la campaña anual del Gran Día, en que la meta consiste en vender 83 mil hamburguesas Big Mac para ir en ayuda de Coanil y la Fundación para la Infancia Ronald McDonald.

En medio se encuentran varios famosos —incluido Bruno Zaretti, un viejo conocido rival de danza de Thiago—, él recuerda su arribo a Chile cuando tenía solo 18 años.

—Cuando llegaste a acá te pareció un país “lúdico”, según dijiste a The Clinic... ¿Por qué “lúdico”?

—Para mí era lúdico por la realidad que tenía allá, que terminaba de estudiar, recién salido del colegio, iba a hacer la universidad —recuerda—. Y de repente, en una semana, estaba trabajando en la televisión. Llegué, me presenté a Mekano (Mega), me contaron que era para tres meses, no me explicaron la magnitud, que Porto Seguro y Axé Bahía eran exitosos. Para mí no existía todo eso. “Y ya, vamos”, pensé. Me teñí el pelo, que tenía que ser rubio como Fabricio (Vasconcellos.), que era el ícono.

“Tenía que ser parecido”, resume Thiago. “Fabricio se había ido a otro canal y entré en el lugar de él al mismo grupo”, es más, rememora la especie de tridente competitivo que había entre él, Fabricio y Zaretti. “Éramos, por así decirlo, los tres de los que más se hablaba”, comenta.

Thiago Cunha en Mekano.

“Me fue bien”, relata. “Los primeros seis meses fueron una locura, como estar en una película”.

Thiago, quien meses atrás fue finalista de Aquí se baila (Canal 13), empezó con la danza durante su adolescencia en el país atlántico, cuando tenía quince años. “En Brasil es muy normal bailar”, relata. “Empecé con bailes de salón y a los 17 empecé a trabajar con el axé, porque ya sabía, no era muy difícil” . Tomó clases y aprendió. Desde niño, toda su vida había crecido con este popular movimiento musical surgido en la década de 1980.

—¿Siempre quisiste ser bailarín?

—Siempre, siempre —asegura—. Desde chico me llamaba la atención, pero no me imaginaba realmente haciéndolo, solo pensaba que “sería muy bacán”. Era un sueño, pero no me dedicaba a eso, andaba en la mía, haciendo otra cosa.

—¿Y si no hubiera sido bailarín?... ¿Futbolista? —Thiago comparte nombre y apellido con un delantero de Náutico, club de la segunda división brasileña.

—No, yo juego muy mal fútbol, soy un desastre —contesta—. Quizá trabajar con marketing o publicidad, porque estudié eso en la universidad en Brasil. Es algo me gusta. Quizá habría seguido con eso. De cierta forma uno usa eso, porque indirectamente todos usan el marketing. Creo que tendría una agencia, algo así, qué sé yo.

Thiago Cunha en Aquí se Baila (Canal 13).

“Mi segundo hijo”

En el presente, buena parte de los ingresos del brasileño radicado en Chile vienen de los eventos, que durante su esplendor de popularidad tras salir del reality Mundos opuestos (Canal 13) a mediados del 2012, le significaban hasta $4 millones de de ganancia por cada presentación

“Tengo un negocio con mi papá de una inmobiliaria en Brasil”, comenta. “Hago otras cosas, pero más en casa, en mi computador”. También “invierto mi plata, recibo, gano algo”, continúa. “Tengo una sociedad muy buena con unos amigos, un emprendimiento de comida, que es una hamburguesa distinta, con un estilo medio americano, que es bien delgadita”.

Pero ahora tiene un nuevo emprendimiento que lanzó hace un mes, el cual califica como “mi segundo hijo, que me hace brillar los ojos”, haciendo también alusión a su retoño, Pedro, que ya tiene once años; además, actualmente se encuentra emparejado con Chantal Gayoso.

Thiago Cunha y Chantal Gayoso.

“Es un café muy distinto, muy saludable”, explica sobre su producto. “Tiene cacao, canela, aceite de coco, té matcha y té verde”; y asegura que “un shot chiquitito son 100 gramos de cafeína”.

“Aparte de tener un sabor riquísimo y ser bueno para la salud, te da mucha energía para hacer deporte, estudiar y trabajar”, agrega. “Me está yendo bien”, de hecho, dice que “hace una semana se terminó el café y tuvimos que producir más”.

“No hay hasta ahora una persona que lo haya probado y no quede fascinada”, remata. “Increíble”.

Encierro y “hambre”

La popularidad suele ser fluctuante, con altos y bajos, y, claro, uno de sus peaks fue en aquel reality de Canal 13 donde los participantes se dividían en dos grupos para competir y, semana a semana por medio de la comptencia, se definía quiénes disfrutaban del lujo y quiénes de la precariedad.

—¿Cuáles son las primeras imágenes que se vienen de ese encierro?

—Tenía mucha hambre —recuerda—. Por suerte estuve mucho tiempo en el lugar muy bueno; siempre ganaba. Aparte del hambre, despertar con la cámara en la cara lo encontraba un absurdo, me daba rabia, quería matar al pobre camarógrafo. Es horrible y, más encima, despierto con una cara de mierda.

Thiago Cunha en Mundos Opuestos junto a Dominique Gallego.

Aunque destaca “el hecho de superarme”, porque “es muy intenso estar dentro de un reality, mental y físicamente”.

También comenta que de este encierro “salieron muchos amigos”, al punto de que “hablo con el 90% de la gente que estaba ahí”, y menciona Roca Roca (ganador de Mundos ppuestos), Mariana Marino, Agustín Pastorino, Marcelo Marocchino, con el Joche Bibbó, Mario “Chapulín” Moreno y Viviana Flores.

De pronto, en medio del evento, el bailarín dice que “me están llamando”, y efectivamente eso está ocurriendo. Y regresa de buena gana al show solidario junto a Bruno Zaretti para tomarse algunas fotos.

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