"Por culpa de una noche enamorada, el cantante vive un duro momento: la justicia española acaba de solicitar, de modo formal, que se realice una prueba de paternidad. ¿El objetivo? Establecer si es el padre de Javier Sánchez", sentencia Carlos Tejos.
"Por el amor de una mujer, jugué con fuego sin saber que era yo el que me quemaba"… Julio Iglesias, próximo a cumplir sus 75 años el 23 de septiembre y medio siglo de carrera artística desde su victoria en el festival de Benidorm, prefiere no recordar esa canción de juventud.
¿La razón? Por culpa de una noche enamorada, el cantante vive un duro momento: la justicia española acaba de solicitar, de modo formal, que se realice una prueba de paternidad. ¿El objetivo? Establecer si es el padre de Javier Sánchez; algo que el intérprete de "La vida sigue igual" ha negado por 40 años, desde el mismo nacimiento de quien, hoy, una vez más, lo lleva a tribunales.
Durante 20 años, Sánchez ha asegurado ser su hijo. Según él, su gestación fue fruto del romance que su madre, la bailarina portuguesa María Edite Santos, tuvo con el astro hispano. En 1992, ya había entablado una demanda para que se reconociera su filiación y fue rechazada. De resultar cierta, será el noveno hijo de Iglesias, quien tuvo tres con Isabel Preysler y cinco con Miranda Rijnsburger, holandesa 23 años menor.
La situación no es halagüeña. Si Iglesias no colabora, se pide que sean sus hijos mayores de edad y legalmente reconocidos (Chabeli, Julio y Enrique) quienes se practiquen dicho examen. Si ninguno de estos adultos retoños consintiera, una salida: analizar los restos del padre del cantante. Antes que acabe este año, habrá resolución.
Casualidades de la vida: la noticia llega justo cuando el astro hispano también conmemora su aniversario de matrimonio. Tras una convivencia de 20 años, a Miranda se unió, legalmente, hace ocho en Marbella. La idea: que su vida donjuanesca no siguiera igual (y tuviera más de "señor" que de "truhan").