“Hasta el 2019 era todo perfecto”, recuerda el ex integrante del Mucho Gusto.
Karol Lucero lleva un buen tiempo alejado de la televisión. A pesar de que todo apuntaba a un futuro prometedor y se había instalado como uno de los rostros potentes, todo cambió de un segundo a otro.
Así lo revelará el propio comunicador este martes cuando participe en Juego Textual, donde abogará la multitudinaria “funa” que sufrió en el estallido social, donde mucha gente lo escogió como símbolo del descontento.
“Me cuesta entenderlo, porque hasta septiembre de 2019 era todo perfecto, y en octubre todo cambió (...) Yo le puedo caer bien o mal a alguien, pero de ahí a salir a marchar, creo que las personas que salieron con carteles no hicieron más que perder el tiempo en una de las oportunidades más grandes que hemos tenido en la historia para alzar la voz”, señalará en el espacio de Canal 13.
Además, se refirió a los feos epítetos que se usaron en su contra en las marchas, como “degenerado” y “acosador”. En ese contexto, el ex Mega indicará que no hay justificación alguna, ya que no tiene denuncias ni por acoso, ni por estafa, ni por violación. Eso sí, hará un mea culpa por ciertos excesos de su parte. “He cometido errores en el pasado pero cada uno de esos errores ha sido un aprendizaje”, dirá.
Pero eso no es todo. Además el ex Loquillo no siente que sea justo considerarlo un símbolo del privilegio. Incluso, recordará una dramática experiencia personal. “Yo hasta los 19 años dormí en una mediagua, en una casa forrada de cartón. Soy parte de este sistema, estudié en un liceo y fui el primero en ir a la universidad de mi familia. Cuando yo vivía en una realidad precaria y veía estas realidades distintas a la mía, no hacía más que incentivarme y motivarme”, confesará.
Reacciones en redes sociales
Consultado acerca de la manera en que ostenta sus lujos en redes sociales, y si eso le pasó la cuenta, el comunicador será categórico. “Lo que piense el resto me importa una r... Eso me lo gané, no robé a nadie ni pasé a llevar al del lado, y las personas que deciden seguirme en redes sociales son las personas que quieren verlo. Nadie está obligado a hacerlo, hay un botón que dice ‘dejar de seguir’, y así es como debería funcionar la democracia digital”, planteará.
Para concluir, Karol indicará que en su día a día no es tan cuestionado como en las redes sociales. “Las redes sociales no se condicen con la realidad. En la calle tres o cuatro veces deben haberme parado para decirme algo, recibo sólo saludos y buena onda, mientras que he sido millones de veces trending topic en Twitter. Nunca se perdió lo que construí durante 15 años”, rematará.
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