María Eugenia Larraín sufre por la muerte de su mascota regalona, que habría sido asesinada por un disparo de un vecino que la tiene con el alma en un hilo. "Han pasado tres meses y la justicia aún no me ha dado una respuesta", contó Kenita, quien llora la partida de su felino.
"Un dolor difícil de describir". Así definió María Eugenia Larraín un calvario doméstico que sufre desde principios de este año y que salió a la luz pública ayer, cuando visitó el Hola Chile. En el matinal de La Red contó detalles de la muerte de Simba, su gatito regalón y que falleció tras un disparo recibido el mismo patio de su casa en Lo Barnechea.
La modelo y numeróloga se explayó con La Cuarta sobre el problema que la tiene con el alma en un hilo, provocado por un vecino que con un arma de aire comprimido realiza disparos frecuentemente. Uno de esos habría herido de muerte a su mascota y de paso generando un daño y dolor en su familia, especialmente su hija de tres años.
"Me siento en una inseguridad constante. Mi hija (Sophia) hoy no puede salir a jugar al patio porque me da terror de que reciba una bala", confiesa Kenita, agobiada por la nula respuesta que ha recibido su reclamo.
-¿Cuándo ocurrió el episodio de la muerte de tu gato?
En marzo. El hijo del vecino de atrás de mi casa disparaba al aire constantemente, pero fue en marzo cuando encontramos a Simba herido. Sobrevivió diez días en los que le hicieron seis operaciones, pero no resistió más y nos partió el alma su muerte.
- ¿Cómo los afectó toda esta situación?
Ha sido muy duro, primero por la inseguridad que sentimos porque alguien disparó hacia nuestra propiedad privada, pero en especial porque el gatito era el regalón de mi hija y esto le creó un dolor muy grande. Se despertaba llorando, no quería comer y me preguntaba: "Mamá, dónde está el Simba?".
- ¿Hay alguna forma de explicarle eso a un niño?
Es muy complicado, porque yo estaba con mucha pena y rabia. Quería llorar, pero con ella tenía que ser fuerte y le dije que Simba estaba en el cielo, que se lo había llevado su familia. A ratos lo olvida, después pregunta dónde está y aunque uno no quiera, igual transmite esa pena que estoy sintiendo.
- ¿Tomaste acciones legales por esto?
Sí, pero ya han pasado tres meses y la justicia aún no me ha dado una respuesta. Yo junté evidencia, grabé el lugar y entregué la bala, pero hay un vacío legar terrible que me tiene en esta angustia.
- ¿Cuál sería ese vacío?
Pasa que la pistola no califica como un arma de fuego, pero es de calibre 5.5. Hay niños que han muerto por disparos de esas armas y pese a que me designaron al fiscal Francisco Lanas de Las Condes, esto depende de que el vecino entregue el arma y eso no pasó, entonces estoy atada de manos.
- Eso te llevó a hacer pública la situación...
No, fue algo súper fortuito. Me invitaron al Hola Chile y en pauta salió el tema de las armas y los "narco funerales", por eso conté que yo había vivido algo similar. Traté de hablar con el alcalde de Lo Barnechea y aún espero una respuesta. Para que te hagas una idea, gastamos más de cinco millones de pesos en veterinario, pero más allá del dinero, el dolor que sufrió él en esas seis operaciones me parte el alma.
- ¿Y tus vecinos están al tanto?
He hablado en el sector y es un problema grande, porque todos estamos en riesgo. Los conserjes me cuentan que otros vecinos han encontrado balas y el problema es ese. Hoy vivo en el miedo de que mi familia está en riesgo y con el dolor que mataron a un miembro de la familia, que dormía con nosotros y era uno más de la casa.