Kidd Voodoo y su grupo de rock Resonancia Etérea nos cortaron las venas en Lollapalooza

Resonancia Etérea
Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera
Resonancia Etérea Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera

La primera banda del artista urbano ha sido una revelación en el último tiempo. En el Parque Bicentenario de Cerrillos regalaron emotividad y, a más de alguno, le recordaron a un o una ex.

A las 15:15 comenzó a sonar el rock de Resonancia Etérea, el fenómeno que ha llevado de nuevo las guitarras a los charts nacionales, siguiendo los patrones del estilo, vestidos de negro y con canciones que rayan con lo emo.

Es innegable que el gran imán es Kidd Voodoo, el frontman de la agrupación. En un proyecto que es una especie de spin-off, a pesar de que su cepa rockera está desde antes de su incursión en el género urbano durante la pandemia. Sin embargo, en un verdadero caso de estudio tras el éxito de Sátiro, una especie de efecto rebote sucedió con su proyecto madre.

El repertorio pasó por Y podría, Quema las estrellas y Recuérdame, cortes que en su totalidad le cantaban a las penas del amor y el despecho. Y un David León que ya tiene un manejo de público desarrollado: interactuaba, hablaba con el público y se sentaba relajado en un sillón de estilo vintage ubicado en el centro del escenario.

Hay que sumarle que la figura de León ha generado un fanatismo más allá del urbano, pues cantar, tocar la guitarra y salirse de las temáticas callejeras han provocado una alta devoción. Así llegó al festival, donde la parte más family-friendly del género urbano ha recibido mayor protagonismo en comparación con la vertiente más explícita del maleanteo.

Un canto a viva voz fue La verdad, uno de los momentos más emotivos de la velada.

“Qué triste”, señalaba el Voodoo, tal vez recordando a un viejo amor de juventud. La tendencia siguió con el final Confortas pero dañas, y así terminar de cortarnos las venas bajo el sol de Cerrillos.

Lo importante es que esto fue un gran piso para Resonancia Etérea. Ahora la misión es su futuro y mantener las expectativas de su prometedora carrera, que llevó nuevamente el rock nacional al mainstream.

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